En más de 10 años de experiencia como event planner, ha organizado algunas de las fiestas más impresionantes de Lima y un evento que marcó un hito en la escena de la moda peruana: LIF Week.
¿Cómo defines tu estilo personal?
Soy una persona ecléctica completamente, me gusta mezclar lo tradicional con lo moderno.
¿Cómo incorporas ese estilo a los gustos y pedidos de los clientes?
Cuando trato de poner algo de mí, elijo calidez. A la gente le gustan los espacios cálidos.
¿Has dicho que no a un evento por un tema creativo?
Aún no. Siempre ha habido un punto de negociación.
¿Cuáles son tus referentes internacionales?
Mi relación con Colin Cowie y Preston Bailey ha sido muy fructífera. Intercambiamos fotos, ideas y algunos contactos.
¿Cuál es el corazón de todo evento?
Los anfitriones. Lo que yo hago es ponerle sangre en las venas al evento, para que salga como ellos quieren.
¿Las bodas son el mayor reto para un event planner?
Sí, en el sentido de estar muy en comunicación con los novios para saber qué es lo que realmente quieren.
¿Una de las últimas bodas que has planeado?
La de Sebastián Guerrero y Natalia Merino, Cinnamon Style. Por el cariño que les tengo fue muy fácil desarrollar el evento. Quería que llegaran y se sorprendieran, y eso fue lo que pasó.
¿Tienes proyectos en el extranjero?
Estamos inaugurando la primera tienda de H&M en Uruguay, específicamente en Montevideo. Ha sido muy exigente porque tienen parámetros internacionales que cumplir.
Eres parte de la organización del Lima Fashion Week desde sus inicios, ¿cómo ha evolucionado?
Está en una etapa de consolidación y las novedades provienen de los diseñadores y las colecciones que proponen. Ha aportado mucho a la moda en el Perú, en todos sus ámbitos. Ahora la gente conoce a los diseñadores peruanos y sabe quiénes son.
¿Qué podemos esperar de la próxima edición?
Vamos a cambiar de locación, va a ser en el Country Club. El espacio va a ser más chico, lo que lo hará más cálido, y los diseñadores van a enfocarse muchísimo en sus compradores.