Aliens, Londres, punk y amor adolescente se mezclan en How to Talk to Girls at Parties, la nueva película del siempre genial John Cameron Mitchell, que está próxima a estrenarse en nuestro país.
Han pasado exactamente dos décadas desde que John Cameron Mitchell estrenó sobre las tablas la obra que 3 años después marcó un hito en la historia del cine musical, con su magistral interpretación del personaje genderqueer de Hedwig –'Mucho más que una mujer o un hombre', según el propio Cameron Mitchell–, en Hedwig and the Angry Inch. El filme no solo puso sobre el tapete la temática del género mucho antes de que el mundo empiece a hablar tan abiertamente del asunto, sino que lo hizo con un lenguaje propio, y con canciones y escenas memorables que la llevaron a adquirir el innegable estatus de culto con el que cuenta hoy en día.
How to Talk to Girls at Parties tiene también esa aura de transgresión que rodea la filmografía de Cameron Mitchell y, además, presenta una dificultad a la hora de clasificarla, porque es varias cosas a la vez: una historia de amor adolescente, una comedia, una película de ciencia ficción y un homenaje al punk del Londres de 1977, un año tremendamente significativo para la expansión del movimiento musical. Aunque algunos críticos ya se apresuran a decir que el director falla en ese último intento, Cameron Mitchell encuentra en este background –subversivo por donde se lo mire– el escenario perfecto para contar la historia de Enn, un tímido adolescente británico que se enamora de Zan, una extraterrestre que busca rebelarse ante las reglas impuestas por 'su gente', un grupo de alienígenas que Enn y sus amigos confunden por estadounidenses.
REBELDE CON CAUSA
'De cierta forma, aún me siento como un punk, pues se trata de comunidad, no solo de romper cosas… De cuestionarse, de ser escépticos ante la autoridad. Si es popular, es inmediatamente sospechoso. Mientras hay gente que confía en algo porque es popular, yo pienso ‘Trump también lo es’', confiesa John Cameron Mitchell. 'Para mí, los punks y los aliens tienen mucho en común. Ambas son subculturas malinterpretadas y reservadas, de alguna manera', opina.
Las similitudes a las que hace referencia el director también tienen relación con el aspecto estético. Que el protagonista y sus amigos lleguen a esta reunión de alienígenas pensando que se trataba del afterparty de un concierto dice mucho acerca de la estética rupturista de los grupos sociales, que la excepcional diseñadora de vestuario Sandy Powell –ganadora de premios Oscar por El Aviador, The Young Victoria y Shakespeare in Love– ha sabido conseguir con maestría.
La película está basada en el relato homónimo de 18 páginas del escritor Neil Gaisman, y tiene a Alex Sharp en el papel de Enn y a Elle Fanning en el rol de Zan. Una Nicole Kidman como nunca antes se la ha visto también forma parte del submundo creado por Gaisman, con su interpretación de Queen Boadicea, una mánager y cazadora de talentos conocida en la escena punk de la época. Estos tres personajes y varios más convergen en una aventura multidimensional dirigida tanto al adulto con nostalgia punkeke como al adolescente enamorado.
'Esta es mi carta abierta de amor a Croydon (localidad de Londres en que transcurre la historia) y a los aliens, donde sea que estén', ha expresado el director sobre su nueva película, que es –como siempre ocurre con sus creaciones– un homenaje a sus influencias y una exploración de aquellos mundos –muchas veces ajenos para la mayoría– con los que John Cameron Mitchell se identifica y empatiza genuinamente.
