Emily Shaw confía plenamente en el poder curativo de la naturaleza y lo pone a prueba en un retiro en el norte del Perú, que estimula todos los sentidos.
En España no sintió la magia. En Nicaragua un poquito más, pero no tanto. Hasta que en el 2006 llegó al Perú y encontró su nuevo hogar. Emily Shaw, inglesa, estuvo durante muchos años en búsqueda de un lugar que la haga sentir conectada, más que cómoda. Con estudios en masajes y aromaterapia, y una pasión y respeto por las plantas, el país de las supercomidas y los bosques tropicales calzó perfecto con lo que necesitaba.
Pero Lima aún no estaba lista para ella. Abrió un restaurante pequeño en San Isidro que mantuvo un par de años, donde ofrecía comida saludable, cuando esta aún no despertaba cientos de hashtags en Instagram. 'La gente tenía miedo de pedir vino orgánico, o me preguntaba si tenía ravioles con osobuco', recuerda riéndose.
Mientras cuenta su historia, Emily va tomando un juguito de frutas en un restaurante en Miraflores; su piel está radiante y su buen humor contagia. Su gusto por la comida se transformó en un interés por saber de qué modo esta funciona como medicina. Partió a Kerala, India, a estudiar ayurveda, ciencia médica y milenaria que tiene un enfoque personalizado en una alimentación consciente, así como en el uso de plantas, hierbas, aceites, meditaciones y técnicas de respiración. Emily combinó sus conocimientos, se sintió motivada y comenzó a crear sus 'detox kits'. A su marca la llamó Panacea. 'Pensé que era muy listo de mi parte porque significa lo mismo en inglés y español', comenta riéndose otra vez. 'Pero cuando me di cuenta de que nadie lo podía pronunciar lo cambié'. Así nació Amaveda, marca de aceites esenciales y programas de desintoxicación. Hacía entregas por todo Lima y ahora cuenta con una tienda online y envía pedidos a casi todo el mundo.
Descanso y descubrimiento
Emily también organiza retiros. El próximo será en el hotel K!chic en Máncora, y es todo un lujo. Para empezar, el hotel en sí mismo es un oasis en la playa. Al entrar, la sensación de relajación es inmediata por sus espacios y tonos; 'sus cuartos son considerados los más bonitos de Sudamérica', asegura con entusiasmo Shaw. La cita es del 4 al 11 de noviembre y el plan ha sido armado meticulosamente por Emily.
Solo pueden inscribirse catorce personas y todas ellas recibirán productos de Amaveda. El programa incluye tratamientos de belleza y de desintoxicación, así como masajes terapeúticos. Además, dos clases diarias de yoga y workshops especiales: uno de cocina curativa y otro que propone usar el arte como meditación. Aunque lo más importante del retiro es el panchakarma, limpieza íntegra del cuerpo y mente ayurvédica. Se basa en una dieta y masajes con aceites especiales.
'Es importante saber que nuestro cuerpo está desintoxicándose constantemente, especialmente cuando dormimos. No es que podemos decir, ‘ahora sí me estoy limpiando’. No funciona así. Lo que hacemos en el retiro es enfocarnos, y darle el espacio y el ambiente necesario al cuerpo para que se limpie de manera correcta', explica Emily. El retiro contempla tres días de ayuno, pero hay que tener en cuenta que este se entiende distinto en ayurveda. No se trata de pasar hambre y solo tomar los famosos jugos verdes que muchas veces incrementan la insulina en el cuerpo. Es un ayuno supervisado, que fomenta sentirse mejor física y mentalmente. 'Después del retiro, sientes mucha claridad. Estás más despierto en todo sentido', dice Emily. 'Y esa es una experiencia maravillosa'.
