Por: Adriana Garavito / 13.11.2019

Tres meses antes de su muerte, se estrenó el documental que celebraba a Franca Sozzani, editora de Vogue Italia, a través de los ojos de su hijo, el director de cine Francesco Carrozini. Hoy, este le rinde un nuevo homenaje con el libro del mismo nombre: Franca: Chaos and Creation.

Es considerada la mujer más irreverente, inteligente y audaz en el mundo de la moda. Puso en portada temas como la falta de diversidad en las pasarelas, la obsesión por las cirugías plásticas, la violencia doméstica, y la necesidad de promocionar una imagen corporal positiva; y lo hizo cuando pocos de su entorno querían discutir tópicos tan 'poco glamorosos'. Fue una feminista mucho antes del #TimesUp y una rebelde con causa que no dejó huella, sino todo un camino por seguir. 'O entiendes el poder de lo que hizo o no', así es como Francesco Carrozini resume el legado de su madre, Franca Sozzani, quien durante treinta años fue editora de Vogue Italia; en todo ese tiempo de tendencias y alta moda, nunca perdió contacto con la realidad.

Sozzani falleció en diciembre del 2016 a causa de un cáncer de pulmón, en pleno pico creativo, con 66 años. En febrero último, Francesco la recordó con mucho amor durante la presentación del libro Franca: Chaos and Creation, escrito por él y editado por Assouline. El libro está basado en el documental del mismo nombre, dirigido por Carrozini, y que se presentó en el Festival de Venecia en setiembre del 2016. En la versión cinematográfica se muestran todos los colores de la editora: desde el éxito en los negocios, hasta sus fracasos en el terreno amoroso. El libro, en cambio, está basado en el recuerdo de su trabajo y de los amigos de su madre. Hay fotos de Franca en sus lugares más entrañables, así como frases que develan la profundidad de su mente. 'El documental fue para celebrar, el libro es para recordar', confesó Francesco.

La fuerza de Franca

La presentación del libro fue memorable no solo por el hermoso objeto en sí, sino también porque se vendieron 500 prendas que pertenecieron al clóset de la editora con el objetivo de recaudar fondos para la Fundación Franca Sozzani para la Medicina Genómica Preventiva del Hospital de Brigham y del Hospital de la Mujer de Harvard, que tiene como fin mejorar la prevención de enfermedades. Una acción que cumple con los estándares de Franca, que en vida resaltó por su filantropía: fue embajadora de United Nations Goodwill, recibió la Legión de Honor por parte del presidente Nicolas Sarkozy y trabajó con Convivo, luchando contra el VIH.

Era definitivamente una mujer excepcional. Nació en Mantua, Italia. Encontró en las letras su pasión y se graduó en Literatura Germánica y en Filosofía. Su carrera como editora arrancó en los años ochenta cuando lideró Vogue Bambini. Luego, se encargó de las revistas Lei y Per Lui. Para ella la moda no era ropa ni pasatiempo, sino una plataforma que debía ser explotada. En la semana de 1988 en la que Anna Wintour fue nombrada editora de Vogue en Estados Unidos, Sozzani obtuvo el mismo puesto en su país natal.

Una vez instalada se trazó la clave de su éxito: hacer todo lo contrario a lo que le decían los estudios de mercado. 'Me enorgullece profundamente no haber seguido las normas de nadie', declaró. Se ganó el disgusto de muchos de los directivos, pero las ventas y el posicionamiento de la revista le daban la razón. Vogue Italia era distinta: predominaba la imagen sobre el texto (por eso, en una entrevista dijo que ella fue la creadora de Instagram, pero en papel) y las páginas de modas se transformaron en mensajeras. Franca utilizó la moda para poner en la mira temas de interés público, y lo hizo de una forma creativa y de impacto. 'Una revista de modas no debe limitarse a mostrar ropa. Tampoco es arte, es una postura', explicaba incansable ante la industria.

El hijo de mamá

Cuando entendió que su madre no viviría mucho más, Francesco corrió para estrenar su documental en Venecia y poder verlo sentado junto a ella. Cuando las luces se prendieron, recuerda que Franca volteó hacia él y compartieron en silencio un momento de orgullo, comprensión y amor. Aquella película tenía un enfoque personal, era acerca de descubrir quiénes eran madre e hijo; una mirada a su relación para preservarla más allá del tiempo y de la enfermedad. 'Pero cuando ella murió me quedé no solo con el duelo, sino con la sensación de que el documental mostró solo una pequeña parte de lo que ella era', explica Carrozzini. Por eso, se propuso escribir un libro para recordar sus logros. Los últimos dos años los pasó en el departamento de Milán de su madre, buscando entre sus cosas, revisando sus apuntes, sus portadas y sus ideas. 'La sorpresa más hemosa ha sido darme cuenta de que ella fue una madre no solo para mí, sino para muchos otros que ahora extrañan su luz y guía en sus vidas', aseguró Carrozini luego de la presentación. 'Este libro me recuerda lo visionaria e innovadora que era y lo adelantada que estaba a su tiempo... Me hace sentir muy orgulloso'.

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