Su apariencia andrógina y sui generis le ha valido a la modelo china Chu Wong un espacio prometedor en el sobrepoblado mundo de la moda.
En la versión china de la portada de la edición más importante de Vogue, la de septiembre, aparece Chu Wong abrazando delicadamente a Bella Hadid. Ambas posan para Patrick Demarchelier ataviadas con vestidos negros transparentes de Christian Dior, en una calle parisina. Pocas imágenes hay que anticipen tan claramente como esta, del 2017, el lugar que ocupa actualmente Chu Wong en el mundo de la moda y todo lo que simboliza que esté ahí.
Lo que representa la modelo trasciende el aura de glamur que puede generar posar frente a los fotógrafos más rankeados del mundo vistiendo ropa de los mejores diseñadores. Su posicionamiento como una de las modelos a las que mejor futuro se le augura el próximo 2019 habla de los cambios que se están dando no solo en el ámbito de la industria, sino también en el social. A sus 25 años, es una de las chicas de mayor edad consideradas dentro del futuro inmediato del modelaje. 'En una sociedad china conservadora donde aún se espera que las niñas (y los niños) se vean de cierta manera, Chu Wong es parte de una nueva escuela de modelos asiáticos que está destruyendo los estereotipos y diversificando la percepción de la belleza', se lee en la web de L’Officiel, la publicación de la que fue portada a comienzos del 2018. Así, junto a figuras, como Sijia Kang, Hyung Ji Shing y Xie Chaoyu pertenece a una prometedora nueva generación de modelos asiáticas que empiezan a hacerse notar sobre la pasarela y que, al menos en el caso de Wong y de Chaoyu, representan un cambio de estándares.
La cara del cambio
Hace apenas 3 años, participó por primera vez en la Semana de la Moda de París. El evento, según sus propias palabras, fue su 'verdadero inicio como modelo profesional a tiempo completo'. Sin embargo, el salto real ocurrió durante la temporada de desfiles europeos de la primavera del 2017. Desde ahí, no ha hecho más que sumar marcas a su currículum, entre las que se encuentran, por ejemplo, Dolce & Gabbana, Prada, Kenzo, Versace, Hermès, Fendi, Salvatore Ferragamo y Christian Dior, para cuya línea de maquillaje protagonizó una campaña nuevamente junto a Bella Hadid, Manuela Sánchez y Ruth Bell a mediados del 2018. En la última Semana de la Moda de Nueva York de setiembre, destacó en los desfiles de Calvin Klein, Jil Sander y Burberry, y apareció en toda lista de modelos que van a marcar el paso del próximo año.
'¿Dónde estaban las chicas artísticas con cabello grasoso, acné y opiniones?', se preguntaba Gabrielle Korn, editora de Nylon –otra de las publicaciones para las que ha posado Wong–, al hojear las principales revistas de modas, como Elle y Vogue, cuando era chica. Aunque en el caso de Chu Wong no podemos hablar de cabello grasoso ni de acné –su piel es impecable–, su belleza no es la estándar. Hay cierta dureza en su perfil, estoicismo en su mirada, y un look andrógino que demuestra que la delicadeza no es el único signo de vulnerabilidad. Además, opiniones y vena artística le sobran. En los backstages se la pasa leyendo manga y escuchando música. De hecho, este último es uno de los hobbies principales de la modelo. En su cuenta de Instagram, además de mostrar su trabajo como modelo y postear una que otra foto abrazada de gatos, hay varios videos de ella tocando el piano, una actividad que no realiza para nada mal. De hecho, ha contado que si no se dedicara al modelaje, le interesaría desempeñarse en alguna actividad relacionada con la producción musical.
Hay una especie de encanto en la expresión distante de Chu Wong. En su apariencia intrigante e inclasificable, en no poder encasillarla en los conceptos más canónicos. Su belleza, lejana e inaccesible, rompe paradigmas. Y, aunque suene contradictorio, son justamente esas dos características y esa aparente falta de expresividad lo que conmueve. Ante la pregunta –o demanda– por modelos únicas y originales, que no luzcan fabricadas en serie y a partir de un molde en concreto, Chu Wong parece ser la respuesta.
