Por: Lucero Ascarza / 13.11.2019

El primer vestido que hizo en su vida fue confeccionado con una sábana vieja, y lo usó su madre. En homenaje a ella nació Jacquemus, una marca que tiene como sello una estética surrealista, mucha inocencia y sentido del humor. Con solo 28 años, el francés Simon Porte ya cumple el sueño de todo diseñador joven: crear moda que inspira… y que se vende.

Cuando debutó en la Semana de la Moda de París, Simon Porte era el diseñador más joven del evento. Tenía 22 años y las críticas que recibieron sus prendas no fueron buenas. Pero con las ventas de esa colección siguió en la lucha por destacar en la industria. Ese momento llegó por fin en 2015, cuando fue elegido ganador del premio LVMH.

Era el momento justo para Jacquemus. La marca no solo recibió unos muy necesarios 300 mil euros, sino también apoyo técnico y financiero por un año. En entrevista con El País, Simon comentó que si bien el dinero fue gastado rápidamente, la asesoría recibida fue la clave de su desarrollo, pues se dio en un momento en que la empresa crecía a paso veloz.

Hoy, Simon Porte dirige una marca que mezcla lo conceptual y lo comercial con éxito, y creaciones que mantienen la mirada atenta de diseñadores icónicos como Karl Lagerfeld y Pierre Cardin. Y sin embargo, a diferencia de otros jóvenes diseñadores, los inicios de Porte en la industria no están asociados a una reconocida escuela de modas.

Herencia gala

Desde que Jacquemus nació en 2009, la identidad francesa ha sido una constante en sus colecciones. Pero, lejos del estilo chic que caracteriza a París, el de la marca es uno que evoca el espíritu del hogar de Simon Porte: Salon-de-Provence.

Es ahí donde transcurrió la infancia del diseñador, 'siempre descalzo, rodeado de un ambiente campesino', según declaró al portal Glamcult. Fue en medio de tierra, burros y caballos que Simon empezó a fabricar sus primeras prendas: una falda hecha de cortinas y un vestido fabricado en base a una sábana vieja.

La modelo que usó esas creaciones fue su madre, la otra gran inspiración en su carrera. De espíritu libre, Valérie Porte podía usar un traje de tweed un día, y, al otro, un enterizo de cuero. Su hijo la describe como una mujer cálida y algo infantil, siempre con una sonrisa y un estilo que podía ser elegante sin ser costoso.

En esas épocas, la moda aún no estaba en los planes de Simon. Sorprendentemente, su primera idea fue ser cura. ¿El motivo? Los uniformes. 'Lo llevé tan lejos como para forzar a mi familia a llevarme a la iglesia cada domingo', contó el diseñador a la plataforma Ssense. Luego, quiso ser militar; después, abogado. Fue recién a los 18 años que Porte se mudó a París para estudiar en una escuela de diseño, pero solo tres meses después, un hecho lamentable puso fin a ese plan.

Estética ingenua

Su mamá tenía 42 años cuando falleció en un accidente de tráfico, hecho que representó el mayor shock en la vida de Simon Porte. Fue así, en medio del dolor, que diseñar ropa se convirtió en una forma de rendirle homenaje. Y así también nació su marca, con el apellido de soltera de la mujer que lo había inspirado.

El impacto de esa figura femenina es innegable en la estética de Jacquemus. El recuerdo de su madre y de su infancia en el sur de Francia están presentes en cada prenda que inventa, con la energía inocente de alguien que no quiere crecer. Es así como Simon Porte describe el estilo del público al que apunta su marca: una mujer niña.

Quizá por ello, luego de su debut en la Semana de la Moda de París, sus prendas minimalistas fueron catalogadas como 'ingenuas', e incluso se llegó a decir que eran copia del trabajo de marcas como Comme des Garçons, para la que trabajó como vendedor, o de Maison Margiela.

Lo cierto es que sus primeras colecciones no fueron minimalistas por decisión creativa, sino por necesidad. En conversación con Vogue, el diseñador contó que luego de comprar textiles en el mercado de Saint Pierre, le pidió a una mujer que le confeccionara una falda de cintura alta con un cierre al lado porque 'los bolsillos y botones son muy caros'.

Y la ingenuidad que le criticaron es una visión consciente de Jacquemus, asociada con la sinceridad que caracteriza a su diseñador. Ahí reside la clave de su éxito.

Poesía comercial

'La moda no tiene sentido si no se vende'. Esa es la filosofía de Simon Porte. Sus siluetas arquitectónicas y proporciones surrealistas van acompañadas siempre de una historia, pero también de un propósito comercial claro: todo lo que se vea en un desfile se puede comprar. Porque, en sus palabras, la moda es poesía, pero también es un negocio.

En una industria donde pocos diseñadores se ocupan de pensar en su mercado, Simon Porte no solo es la fuerza creativa de su marca, sino también el principal estratega comercial.

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