Por: Adriana Garavito / 13.11.2019

La CEO de Outdoor Voices desafía a la industria de ropa deportiva con su marca que apuesta grande por la simpleza y la genuinidad.

Tyler Haney nació hace 30 años en una ciudad soñada para quienes aman las actividades al aire libre: Boulder, Colorado. Hacía hiking entre montañas, caminaba rodeada de bosques y montaba a caballo. También escalaba, jugaba básquetbol o salía a correr largos tramos como parte de su entrenamiento para saltar vallas. Ese era su fuerte y de hecho era una de las mejores del equipo de atletismo de su colegio. Su familia estaba segura de que Tyler buscaría una beca y se dedicaría al deporte, pero al graduarse decidió tomarse un año libre para pensar bien qué hacer con su futuro. Terminó incribiéndose en el programa de negocios de Parsons, en Nueva York, lo cual probaría ser la mejor decisión.

Haney se sumergió en la ciencia de los materiales y el rol de la tecnología en el momento de elaborar ropa. Y como parte de su trabajo final presentó un proyecto especial: una marca de ropa deportiva fabricada con telas que soportaban el sudor, pero tan cómodas como para usarlas todo el día. Como una especie de homenaje a su infancia al aire libre la bautizó Outdoor Voices. No le interesa tanto la moda como crear ropa cien por ciento cómoda, hecha para una mujer en movimiento. Como ella.

En la mente de Tyler era válido cuestionarse por la necesidad de que el activewear esté regido por tendencias. 'Cuando estaba por graduarme de Parsons, recuerdo que un día salí a correr y cuando le presté atención a lo que tenía puesto me di cuenta de que era algo sacado de Transformers', ha contado con humor. Así tuvo clarísimo que lo que quería con su marca era hacer una diferencia y superar a otras tan grandes, como Nike y Under Armour. Su madre, Jenn, ha contado que su hija era una niña muy activa y competitiva que siempre quiso ganar. Así que, ¿por qué no habría de proponerse ese reto?

Haney no se muestra intimidada por los líderes en ropa deportiva. Y la verdad es que no tendría por qué. Desde que lanzó OV al mercado en el 2014, logró que la marca esté valorizada en casi 60 millones de dólares y cuenta con siete tiendas en Estados Unidos (dos en California, dos Nueva York, dos Texas y una en Aspen). Dentro de su clientela se cuentan mujeres tan famosas, como Natalie Portman y Gwyneth Paltrow, e influencers  de la talla de Leandra Medine quienes consideran que OV es la razón por la que las prendas deportivas pueden llevarse en el transcurso del día. Como diría la misma Haney: 'Ropa que llevas en tu vida-vida'.

Sin límites

Los tonos de la verdad

Los colores que predominan en OV son los tierra, nude y pastel. Las leggings son ideales para salir a correr o pasear a un perro (de hecho, quienes tienen mascotas son sus mejores compradores, pues no importa si no hacen deporte, 'tienen un compromiso con salir todos los días'). Los pantalones llevan bolsillos y van bien con polos sueltos o con otros más fit, y los tops pueden hasta reemplazar la clásica ropa interior. En un mundo en el que la mujer hace de todo, tal concepto tiene mucho, muchísimo, sentido.

Pero hay un factor más —y bastante importante— que ha hecho de OV una marca tan potente: la genuinidad. Las usuarias están felices de sentir que el discurso sobre quererse a uno mismo no se ha armado solo para cumplir o para vender, sino que de verdad es la esencia de la marca. Las modelos son chicas que compran en el mismo supermercado que ellas. Son  mujeres de todas las tallas, grupos étnicos, características físicas y estilos. En una foto que muestra unos shorts se ven también los muslos de la modelo como son: con celulitis y sin retoque sin Photoshop. En una de sus últimas campañas aparece una modelo con la pierna amputada: rodeada por otras dos chicas, ella también disfruta la playa. Una decisión simple puede resultar revolucionaria, y si bien Haney no es la única ni la primera en apostar por diversidad de cuerpos y por fotos sin retoque, la presentación de OV es tan natural que no parece una estrategia de marketing. 'Después de ver esta foto, estoy convencida de que OV es una marca demasiado real. Es la única que compro ahora', escribió una usuaria en Instagram. Y como ella, miles.

OV también ofrece ropa para hombres: la fórmula, evidentemente, es la misma. 'La marca está dirigida para personas que hacen actividades porque quieren hacerlas, no porque se dedican a eso, o hacen deporte de manera competitiva', explica Haney. 'Es para gente que hace cualquier tipo de ejercicio, no atletas. Es una marca para humanos, no superhumanos'. Así nació el hashtag que la marca promueve, #DoingThings. A pesar de que, con el tiempo, también se han creado colecciones especiales para golfistas, tenistas, corredores. 'La especificidad no es ir en contra de lo que cree la marca. Es una forma de reconocer las actividades que algunos prefieren', asegura Tyler.

Ella tiene un look de girl next door y una sonrisa que la hace parecer menor; en paneles como Disrupt NY o la Conferencia de Mujeres de Texas, frente al público y la prensa, parece cómoda y relajada, y así también se la vio junto a Michelle Obama. Lo anterior no le quita un rasgo fundamental: que es una mujer decidida que no hace mucho se propuso 'crear la marca más grande del mundo'.

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