Con su potente voz, gran talento y una confianza inigualable, Lizzo es la cantante del momento y está rompiendo las barreras de la industria musical. Acaba de ser la más nominada a los Grammy 2020 y promete dar que hablar cada vez más.
Para quienes no conozcan a esta cantante, nacida en Detroit en 1988 y radicada en Minneapolis, cabe decir que su trabajo viene sonando desde hace ya un lustro, gracias a un arsenal de poderosos temas con los que realza valores como la identidad, la feminidad y el empoderamiento.
Sin miedo al qué dirán por llevar ropa reveladora y totalmente orgullosa de su cuerpo, Lizzo –cuyo nombre real es Melissa Jefferson– calla a sus detractores y complace a su séquito de fans. ¿Las claves de su éxito? Canciones increíblemente pegajosas, espectáculos en vivo que dejan boquiabiertos a los asistentes y un discurso capaz de hacerte bailar sin parar, debido a su alta dosis de autoestima y ritmo. Sin duda, todo lo que la escena musical necesitaba en estos tiempos.
CONSAGRADA A LA MÚSICA
Antes de tentar suerte en solitario, la intérprete de 31 años integró diferentes bandas como The Chalice, Grrrl Prty, The Clerb, Ellypseas y Absynthe. Más tarde, se relacionó con el músico y productor Ricky Reed, quien le ayudó a perfeccionar su voz y técnica. Desde entonces empezó a mezclar R&B, hip hop y pop de manera tan profesional que la crítica especializada ha llegado a calificarla como “toda una revelación” y una “bocanada de aire fresco para la industria”.
Pero hay más. Lizzo también toca la flauta transversa, instrumento que usa frecuentemente en sus conciertos y que se ha convertido en su sello personal.
En sus tres discos –“Lizzobangers”, “Big Grrrl Small World” y “Cuz I Love You”–, ha colaborado con estrellas que la han ayudado a proyectarse en el firmamento musical, como Missy Elliott, Gucci Mane y Big Freedie. Y no solo se trata de acuerdos de estudio, Lizzo también se ha ganado la admiración de renombradas figuras como las hermanas HAIM, Florence Welch, y Ashley Graham.
BRILLANTE FUTURO
Pero más allá del buen momento que atraviesa, es importante señalar que Lizzo ha construido su carrera a base de superación personal y una voluntad inquebrantable. En numerosas entrevistas ha revelado lo mal que la pasó en su etapa escolar, en la que fue víctima de acoso y burlas debido a su aspecto físico. Aquella desagradable situación la condujo a dudar de sí misma. Con férrea determinación logró vencer el rechazo a su cuerpo, cobrando consciencia de que el error no estaba en ella, sino en los demás, y canalizando ese poder creciente a través de la música.
El camino fue duro: durante su primer año como cantante profesional –y tras la muerte de su padre–, tuvo que vivir en un automóvil, y ni siquiera una colaboración con el recordado Prince le abrió las puertas al público masivo. Sin embargo, su persistencia la ha llevado a puerto seguro.
Este 2019, su tercer álbum, “Cuz I Love You”, llegó discretamente al mercado. Pero con un adecuado manejo de sus redes sociales y el descaro natural con el que se refiere a sí misma, ha conseguido calar entre el público más joven. Su última repercusión viral fue hace unos días, en la gala de los American Music Awards, donde presentó “Jerome”, himno soul sobre el despecho femenino escrito en términos crueles y vengativos, que la hacen algo así como la antítesis de Adele. Por si fuera poco, también llamó mucho la atención con su look y la gran estrella de su atuendo: un bolso miniatura firmado por Valentino.
Por si fuera poco, acaba de ser nominada a los premios Grammy en las categorías Álbum del Año, Canción del Año, Récord del Año y Artista Revelación; además de haber dado el salto al cine prestando su voz para la película “Ugly Dolls” (2019), y de compartir créditos con Jennifer Lopez, Cardi B, Constance Wu y Lili Reinhart en la película “Hustlers” (2019). Nada mal para un inicio, ¿cierto?
