Tras varios años en el epicentro de la moda, Alexandre de Betak y Sofía “Chufy” Sánchez de Betak optaron por una vida más tranquila junto a su hija, buscando equilibrio y autenticidad, sin dejar de lado su espíritu creativo.
El diseñador francés Alexandre de Betak es reconocido como uno de los más influyentes productores del mundo de la moda. En sus tres décadas de trayectoria, ha producido más de 1500 desfiles, instalaciones y eventos para marcas de renombre tan diversas como Dior, Gucci, Jacquemus, Hussein Chalayan, Rodarte, Jason Wu, Viktor & Rolf, Michael Kors, Berluti y H&M. Su enfoque innovador y su capacidad para conceptualizar desfiles como experiencias inmersivas lo han consolidado como una figura clave de la industria.
Por su parte, su esposa Sofía Sánchez de Betak, conocida como Chufy, es una estrella que brilla con luz propia. Destacada diseñadora, directora de arte e influencer argentina, posee un estilo bohemio con un enfoque auténtico hacia la moda, lo que la ha posicionado como una figura influyente en el ámbito internacional. Casados desde el 2014, Alex y Chufy han sabido combinar sus talentos y visiones creativas, colaborando en diversos proyectos y llegando a ser reconocidos como una pareja dinámica en el sector.
Tal vez fue su éxito vertiginoso y el ritmo acelerado del entorno en el que se desenvolvían lo que hizo que, después del confinamiento por la pandemia, comenzaran a buscar una vida más equilibrada y tranquila. Tras el nacimiento de su hija Sakura, en el 2017, la pareja decidió dejar el inmueble parisino del siglo XVII –reformado por ellos mismos– en el que vivían para establecerse en Mallorca, donde diseñaron un refugio sereno y familiar junto al mar.
Desde entonces, la familia De Betak adoptó un estilo de vida más sostenible y conectado con la naturaleza. Para lograrlo, restauraron una casa tradicional mallorquina, integrando elementos de diseño que reflejan su amor por la cultura balear local y el respeto por el entorno. Alex continuó su labor creativa, adaptando su trabajo a un ritmo más pausado y selectivo, mientras que Sofía siguió desarrollando su marca de ropa y accesorios Chufy, inspirada en sus viajes, así como las tradiciones y artesanías locales. Por cierto, en el 2017 presentó Travels with Chufy (Assouline), una guía de viajes en la que comparte sus lugares secretos y experiencias con una mirada insider que ha viajado alrededor del mundo.
El estilo de vida de la pareja equilibra sus carreras con sus pasiones personales. Así, por ejemplo, recientemente De Betak transformó un apartamento haussmaniano en París en un escenario culinario innovador, trabajando en colaboración con el colectivo gastronómico We Are Ona. Chufy, por su parte, organiza retiros de yoga y experiencias que promueven el bienestar integral y la conexión interior.
En la actualidad, aunque a un ritmo mucho más sosegado, Alexandre de Betak y Sofía Sánchez de Betak siguen influyendo en la moda y el diseño. Su capacidad de integrar la pasión profesional con la satisfacción personal los mantiene como referentes en la industria, mientras demuestran que la creatividad y el equilibrio pueden ir de la mano.