13.11.2019

Pedro Ibáñez protagoniza 'Freddie, la leyenda', el nuevo musical que toma la capital desde este 21 de marzo y que narra el ascenso, la caída y el legado del mítico vocalista de Queen. Conversamos con Pedro sobre sus primeros pasos en la danza, su formación profesional y lo que se viene en la escena artística limeña en las próximas semanas.

Pedro Ibáñez: en los zapatos de Freddie Mercury

Cuéntanos de tus primeros contactos con la danza.

El año pasado participé en el musical 'Billy Elliot' y me sentí muy identificado, porque yo desde pequeño quería bailar. A mi hermana la llevaban al ballet y a mí al karate. Por mi cuenta busqué escuelas de ballet en Lima y todos me decían que dictaban clases solo para niñas. Ya en la adolescencia empecé a ir al gimnasio, a bailar géneros comerciales como el axé. Ahí descubrí que tenía ritmo y coordinación. Luego conocí a Vania Masías y me empezó a entrenar en D1. Pero recién a los 21 llegué a la compañía de danza contemporánea Dactilares y me pude dedicar a bailar a tiempo completo.

¿Qué te llevó a elegir la danza como profesión?

Mi vida estaba en automático, era monótona. Estudiaba Comunicación, pero sentía que algo me faltaba y me di cuenta de que eso era bailar. Así que me dediqué al 100% a lograrlo. Trabajaba en el banco, pagaba mis estudios, ensayaba, bailaba en discotecas en la madrugada y hacía taxi con mi carro viejito camino a la universidad.

Pedro Ibáñez: en los zapatos de Freddie Mercury

Tuviste una temprana incursión en televisión

Empecé bailando en los cortes comerciales de programas como 'Habacilar' y 'R con R'. También estuve en 'Vale la pena soñar' y  'Entre nos', con Mónica Zevallos. Después, en programas concurso como 'El gran show' y 'Los cuatro finalistas'. La televisión me divierte y lo mejor es que permite llevar el baile a las masas, ya que no todos pueden ir al teatro a ver un show.

Hablemos de tropiezos. ¿Qué ha sido lo más duro que has pasado en tu carrera?

Hoy, mis papás son mi soporte. Pero hace diez años no creían que podía vivir de esto. Tuve que demostrarles que sí. Alejarte de tu familia para crecer profesionalmente cuesta bastante. También el desgaste físico y emocional. Acondicionar mi cuerpo a los estándares internacionales, por ejemplo. Cuando tuve la oportunidad de viajar con Dactilares por Argentina, Brasil, Polonia y España, me di cuenta de que estamos a años luz de distancia pero también que estamos por buen camino. Creer que no lo vas a lograr y que no eres suficiente también te juega en contra.

Pedro Ibáñez: en los zapatos de Freddie Mercury

En los últimos años te has desplazado del escenario a las aulas

He compartido lo que sé con mis alumnos de Dactilares y D1. Me encanta esa energía, la luz que irradian los jóvenes que mueren por bailar. Es muy gratificante y me renueva porque, incluso, para los que vivimos de la danza a veces se puede convertir en una rutina.

¿Qué consideras lo más importante que te ha enseñado esta disciplina?

He aprendido que existo porque bailo. No podría ver mi vida de otra forma. Me basta con poner música y moverme en la cama. Sé que es algo difícil de entender pero es lo único que necesito. Estoy convencido de que la danza cambió mi vida y me hizo lo que soy ahora.

Da un par de consejos a quien quiere iniciarse en la danza de manera profesional.

El ego tiene que estar por debajo. Si ya te sale un paso, no te conformes. Hazlo una y otra vez. Tienes que ir mucho más allá de tus límites. Un bailarín transforma su cuerpo, muta. Dar saltos, pararse en puntas… todo es una evolución a la que hay que entregarse. No solo depende de cuánta pasión tengas, sino que también requiere bastante exigencia física.

Pero no todo se reduce al entrenamiento del cuerpo

Siempre digo que un bailarín es un atleta con corazón. Tienes que desarrollar esa capacidad casi sobrehumana de soportar el rigor físico mientras transmites un mensaje con tus movimientos.

Tú eres el primer peruano en formar parte de la compañía de danzas de Royal Caribbean.

No voy a negar que es un proceso complicado, pero la idea es ir y creérsela. Cuando audicioné en Nueva York, me dijeron: 'nunca hemos tenido a nadie de Perú' y fijaron toda su atención en mí. De 300 quedamos solo ocho bailarines. A la semana me mandaron mi contrato y me dijeron: 'Prepárate. El barco sale de Roma'. A la fecha, he hecho cuatro contratos con Royal Caribbean y lo más increíble es que cuando estuve a bordo se montó 'We Will Rock You', el musical de Broadway basado en la música de Queen. Sin querer, la banda y Freddie Mercury estuvieron vinculados a mí desde hace años y ahora estoy aquí presentando un tributo a él.

Pedro Ibáñez: en los zapatos de Freddie Mercury

Hablemos más de 'Freddie, la leyenda'. ¿Qué lo diferencia de su versión cinematográfica, 'Bohemian Rhapsody'?

El musical cuenta la vida de Freddie a través del movimiento, sin necesidad de diálogos y con ayuda de las canciones de Queen. El público se aproximará al éxito, los excesos, la enfermedad, el amor, la esperanza y el legado del artista. Tenemos dos voces en el show, una masculina y otra femenina, que representan la dicotomía del cantante. El montaje se realiza en el teatro Ricardo Blume, un escenario circular, pensando en que el espectador se sienta absolutamente envuelto por la trama. El espectáculo va del 21 al 24 de marzo, en cuatro únicas funciones.

Y en unas semanas más te veremos en 'Pantaleón y las visitadoras'.

La obra está increíble, tendrá música de cuatro compositores y una escenografía que definitivamente nos transportará a la selva. El elenco —conformado por Emanuel Soriano, Milett Figueroa, Stephanie Orúe, Melissa Paredes, Emilram Cossío, entre otros— es una familia y estamos empujando el coche para que salga adelante. Personalmente, creo que la adaptación es bien fresca y divertida. A pesar de que se escribió en 1973, funciona como una metáfora del día a día. Es una comedia muy bien cuidada y habrá varias sorpresas para el público.

Cada vez se montan más musicales en Lima. A nivel profesional, ¿cómo influye eso en ustedes, los artistas?

La oferta nos empuja a ser mejores y a alcanzar nuevos estándares de calidad. Incluso los actores se dan cuenta ahora que deben educar su voz y entrenar su cuerpo para moverse adecuadamente. Los artistas que antes estábamos avocados a disciplinas por separado, ahora estamos empezando a tomar de todo un poco, especializándonos en canto, baile y actuación.

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