En un mes en el que Lima vive sus dos ferias de arte contemporáneo, y tras la participación peruana en ARCOmadrid, damos una mirada al quehacer local a través de algunos de los proyectos artísticos jóvenes más interesantes y de mayor proyección.
JIMENA CHÁVEZ DELION
Actualmente, su centro de operaciones es Amberes, ciudad belga en la que se encuentra, desde octubre del año pasado, siguiendo el programa de maestría Insitu, de la Royal Academy of Fine Arts. Distribuye su tiempo entre un proyecto relacionado con la identidad y la multiculturalidad de Amberes y Bruselas, otro proyecto que presentará próximamente en Lima, y, además, una segunda muestra que tendrá en Ciudad de México, en octubre de este año.
'Mi trabajo siempre está siendo interpelado por lo cotidiano', nos dice. Por ejemplo, en Desde el escombro, su primera individual que inauguró en el 2017, trata ciertos objetos contemporáneos y cotidianos como vestigios, tomando como punto de partida una serie de ensayos sobre arqueología y materialidad. 'Empecé a establecer similitudes entre las prácticas que realiza un arqueólogo al descubrir un objeto con las prácticas artísticas. Una simple manipulación del objeto puede hacernos experimentarlo de una manera distinta', explica.
En este proceso de sacar a un objeto de su contexto habitual y hacerlo visible –un ejercicio muy a lo Duchamp–, hay lugar para el azar y la reinterpretación. 'Las ambigüedades del entorno urbano dan pie a lo poético y a un abanico de interpretaciones nuevas', sentencia Jimena.
GENIETTA VARSI
Cuerpos de cuerpos de cuerpos. Para Genietta Varsi, el mundo se presenta como una multiplicidad de sistemas complejos de materia orgánica y manipulable en constante mutación. Cuerpos humanos. Cuerpos sociales. Cuerpos ideológicos. Cuerpos al fin, que son una suma de materia, comportamiento y entorno, elementos que juega a manipular, afectar y controlar valiéndose de 'diferentes materiales, que aportan significados diversos'.
Una silla, un pedazo de silla, un armario. Cera, resina, cáscaras, uñas, pelos, fluidos. La artista, que está próxima a regresar de una residencia en la Delfina Foundation de Londres, basada en investigación en arte gracias a la beca Artus del Perú, descompone objetos y los reconfigura: los mezcla, los somete a condiciones
químicas en un acto que relaciona con la alquimia y, así, descubre –o propone– nuevos cuerpos. 'Los objetos me van sugiriendo por dónde cortarlos según la forma que tienen, el símbolo que cargan o según su funcionalidad', explica. Para esta exhaustiva disección, revisa libros de anatomía y de medicina, con el fin de
complementar su práctica artística. 'Quiero encontrar la relación entre ciencia y arte', nos explica. 'Explorar el límite entre los dos o llevar los dos al límite, y encontrar en ese punto algo nuevo'.
TETÉ LEGUÍA
Foto De Nicole Remy
Es el ejemplo perfecto de un artista multifacético. Siempre ha estado abocado al quehacer artístico de
una u otra manera: ya sea a través de la experimentación sonora –es un bajista excepcional–, de la composición musical o del dibujo, por poner solo algunos ejemplos. Durante su trayectoria se ha mantenido oscilando entre lo académico –tanto en el Conservatorio como en Corriente Alterna–, y la libre experimentación en todo tipo de terrenos e intersticios de lo puramente artístico, movido por intereses genuinos que tienen que ver con la identidad, las relaciones interpersonales en el mundo virtual y su correspondencia en el real, y con la transmición de la información.
Cualquier cosa es mejor que la estasis, una pieza sonora que expuso en Madrid en febrero, consistía en soltar una pista para generar una sensación auditiva: la gente sentía que escuchaba un sonido que no paraba de ascender. 'La idea era cristalizar en un sonido el deseo de movilización social; esa sensación colectiva de que vamos hacia algún lugar', explica. Actualmente, su obra más reciente se exhibe como parte de la muestra colectiva del Premio ICPNA de Arte Contemporáneo, que va hasta fines de abril y es un pincelazo del panorama artístico local.
FRANCES MUNAR
Para Frances, un proyecto artístico es una manera de investigar. Así su método de aproximación es análogo al método científico, pues parte de una hipótesis que pretende demostrar mediante el producto artístico. Además, el siguiente proyecto suele tomar como punto de partida el resultado del anterior, generando un entretejido conceptual que da unidad a su propuesta.
En proyectos, como 'Waqachiy o A través de una línea fronteriza', que resultó ganador del premio Ca.Sa en Art Lima el año pasado, propone al cuerpo como una vasija sonora. En uno, ha trabajado con réplicas de cerámicas hechas bajo técnicas originales de construcción precolombina; y, en la otra, con botellas silbadoras de algunas culturas prehispánicas a las que sacó radiografías para tener un registro visual de su silbido. 'Comprendo al cuerpo como una vasija sonora silenciada. El sonido es el elemento que sana y repara lo que está quebrado', explica Frances.
Es así como su interés por el cuerpo, el sonido y lo precolombino se mezclan y adquieren un nuevo cariz a través de su obra. 'Pienso que en nuestra materialidad se manifiesta una relación visceral con nuestras emociones, haciendo de lo físico un símbolo y volviendo así visible lo invisible. Somatismo. El cuerpo es una narrativa'.
JAVIER BRAVO DE RUEDA
Se encuentra cursando un posgrado en cerámica y vidrio en la Escola Massana de Barcelona. Para Javier, la experiencia tiene que ver con una saludable exposición a la crítica. 'Este proceso académico me enfrenta a gente que es capaz de poner en discusión todo lo que hago constantemente', revela.
Hace poco, participó en ARCOmadrid, lo que describe como 'increíblemente motivador' y, el año pasado, inauguró la muestra Trapos, en la que rescató una práctica que venía realizando desde hace muchos años: la del collage. 'Empecé haciéndolo con papeles de color y luego pasé al trabajo con telas. Este último me hizo pensar en las piezas de otra manera y explorar los límites entre el collage, la pintura, el dibujo y el arte textil, que reinterpreté libremente', explica.
Lo que se representa en aquella muestra, según cuenta, no está atado a ningún tipo de discurso. 'Es una exploración personal de un lenguaje expresivo, rítmico, pictórico. Hay una cierta soltura, cierta libertad a la hora de realizar las piezas… un falso descuido en sus acabados. Me gusta que el resultado final muestre bastante el proceso. Mientras más se sienta ese vestigio de taller, esa huella del espacio en el que fue realizado, mejor', acota.
RAFAEL MAYU NOLTE
Partiendo del dibujo como ejercicio creativo y de experimentación, y teniendo como aliada a la escritura, Rafael suele traducir sus intereses por la ciencia ficción, la metaficción, los cómics y el metadiscurso en esculturas o instalaciones. 'Para mí es muy importante esa circularidad, pasar de la escritura al dibujo y viceversa, y la posibilidad de que eso derive en otro tipo de creaciones artísticas', apunta.
El retorno del cometa Biela, su más reciente muestra, narra la historia de un inventor que busca reavivar la violencia en su sociedad a través de diarios, dibujos e instalaciones de un contenido político latente. A pesar de que advierte acerca de lo peligroso que podría resultar el texto en tanto tiene la capacidad de determinar la muestra a la que acompaña, se siente atraído por esta 'linealidad de la narrativa, que se contrapone al arte –sobre todo al contemporáneo–, el cual muchas veces es, más bien, una explosión de estímulos indeterminada'.
'Los artistas deberían escribir más acerca de su obra porque un proceso artístico genera una serie de conocimientos que, sin perjuicio de lo que pueda experimentar una persona cuando va a una exposición, también puede ser muy interesante de discutir', opina Rafael con absoluta lucidez.