Arquitecta y cofundadora del estudio de paisajismo “allá” —que dirige con el artista Santiago Roose—,
este compendio de objetos nos relacionan con su estético mundo interior.
Fotos: Javicho Rivero
Máscara de Marruecos
Compró varias cuando estuvo en Marruecos, pero se obsesionó con esta, a la que en casa llaman, en broma, “el primo”. También tiene una colección de máscaras africanas. “Me gusta lo primitivas que son. Me atrae su arte de líneas simples y tan expresionistas”.
Silla Carbón
Diseñada para su espacio “Planeta fitocéntrico”, exhibido en Casacor São Paulo 2023, donde el estudio “allá” fue invitado. Es una silla de madera, autosostenible, para interiores y exteriores y acabada a fuego. La carbonización la hace resistente y le otorga un aspecto conceptual relacionado con los problemas climáticos.
Florero Shiva, de Ettore Sottsass
Adquirido en Madrid. El arquitecto y diseñador fundó el Grupo Memphis que, contrario a la corriente funcional, no temía al ornamento. El punto de partida de este florero fue la cultura de la India. Dice Augusta: “Conglomera sus ideas, genera conversación, es lúdico y transgresor”.
Portalibros de la India
Lo encontró en un anticuario en la India, adonde viajó buscando proveedores para Primas, la tienda de decoración que tuvo por varios años. Es una pieza original, bastante antigua y en muy buen estado. Allí pone libros o revistas que la inspiran. Hace poco ha agregado uno de poemas que le regaló su vecino, el diseñador Arturo Higa.
Hojas de Santiago Roose
Forma parte de una bonita serie que su esposo, el artista, diseñador y paisajista Santiago Roose, hizo en el 2021. Santiago recolecta naturaleza y la diseca descomponiéndola, buscando así el efecto contrario a lo técnico, porque los botánicos la preservan de la forma más fidedigna.
The architecture of trees, de Cesare Leonardi y Franca Stagi
Libro sobre las plantas, su estructura y su color. Refleja el punto en el que Augusta está en su carrera. “Estamos haciendo arquitectura desde el paisajismo. Tratamos de cambiar el paradigma y que la casa o el edificio sea la extensión del paisaje, no una interrupción”, explica.
Maqueta de cava
La hizo con su carpintero, un colaborador con quien mantiene una relación muy cercana. “Es un elemento que me hace pensar en el trabajo que hacemos juntos. Me encanta su carácter y cómo complementa ideas de diseño con sus soluciones constructivas creativas”.
Coyote
Hace unos 10 años lo compró en The Evolution Store, una tienda de coleccionables de historia natural en Nueva York. “Tengo una fascinación por los huesos. Creo que responde a mi gusto por las estructuras y las formas”.
Cerámica de Cosme
Su hijo mayor Cosme, de 4 años, lo hizo en el nido. Es un pequeño receptáculo de cerámica, una suerte de bowl. Cuando se lo entregó, Cosme le dijo: “Mamá, esto es azul, pero también verde y amarillo”. “Tiene mucha información técnica del color, una conciencia que otro niño no tendría”, asegura Augusta.
Silla de Lina Bo Bardi
Miniatura a escala de la silla Jirafa que la arquitecta italobrasileña Lina Bo Bardi diseñó en 1987. Para Augusta, Bo Bardi es clave, especialmente en una profesión donde las mujeres son pocas. “Ella diseñaba desde el edificio hasta la silla, y hacer proyectos desde lo macro hasta el detalle es lo que nos interesa a nosotros como estudio”.
