A sus 77 años, Grace Coddington se reinventa. La editora de modas acaba de lanzar Face to Grace, una docuserie en la que funge de entrevistadora y conversa con varios personajes de la escena cultural mundial.
Desde una gran mesa del restaurante neoyorquino Mr. Chow 57 –propiedad de su exesposo, el actor Michael Chow– Grace Coddington, quien durante casi 20 años fue la directora creativa de la Vogue estadounidense, charla con personajes de la talla de Anna Wintour, Sofia Coppola, Nicolas Ghesquière y el propio Chow. En estas conversaciones íntimas y distendidas, que duran aproximadamente 25 minutos, la editora de modas revela detalles de su relación con el entrevistado en cuestión, a partir de los cuales se abren nuevos tópicos más generales que generan un intercambio enriquecedor y singular que nos permite conocer la visión del mundo de cada uno.
Por ejemplo, en el episodio dedicado al actor Ansel Elgort –hijo de Arthur Elgort, conocido por su espectacular trabajo fotográfico para Vogue e íntimo amigo de Coddington–, la también exmodelo le cuenta sobre la primera vez que lo vio. 'Hubo una gran fiesta, organizada por Anna Wintour, en su casa. Toda la gente importante de la moda estaba ahí, y en medio de todos, estaba este bebé… Todo el mundo te pasaba de brazo en brazo. Pensaban que serías fotógrafo, como tu papá'. La conversación que deviene de este recuerdo es acompañada por fotografías de la icónica sesión de temática Mad Max –de autoría de Elgort (padre)– que Ansel protagonizó para Vogue siendo un niño. 'Estos eran los días gloriosos', le dice Ansel, y Grace lo reafirma. Pormenores y detalles exquisitos de esas épocas surgen mientras ambos revisan las fotografías en físico. 'Nadie puede hacer fotos como estas ahora', afirma Grace. 'No serían publicadas hoy en día. Hay una alegría en ellas que ya no está presente en estos días', dice dejando entrever su desencanto con el mundo de la moda actual.
El pequeño Ansel Elgort durante la mítica sesión de fotos con temática Mad Max para Vogue.
Arthur Elgort, renombrado fotógrafo, padre de Ansel y gran amigo de Grace Coddington.
En el episodio en el que entrevista a Sofia Coppola, Coddington empieza haciendo énfasis en que ellas son dos de las personas más tímidas y que odian hablar en público. 'Y, sin embargo, aquí estamos', bromea. Con la directora de cine, comparte pormenores de algunas de sus experiencias en el mundo de la moda –incluida una anécdota de la vez en que participó de una sesión de fotos con el príncipe Carlos–, mientras que Coppola, además de hablar acerca de cómo la moda ha influido en sus películas, le revela el gran sueño de su vida cuando chica: convertirse en una editora de modas. De ahí, como es de esperarse, la charla se vuelve magnética.
El estilo Grace
'Queríamos hacer algo con Grace Coddington desde hace tiempo', ha contado Susan Hootstein, directora de contenido de M2M (Made to Measure), una plataforma digital que genera contenido relacionado con la industria de la moda a través de su web m2m.tv. 'Encaja perfectamente con nuestra línea. Todos la conocen y la aman, y el formato es fascinante. Hay una razón para que los late-night talk shows sean tan populares desde hace tanto', agrega.
Y aunque Grace Coddington no tiene la típica personalidad desinhibida de entrevistador de talkshow −con recursos histriónicos exacerbados, capaz de poner un tema tras otro sobre la mesa−, parece que es justamente ese acercamiento tímido, pero insider el gancho y elemento diferenciador de su programa. 'Me siento intimidada por personalidades, celebridades y gente famosa', confiesa la propia Grace durante su conversación con Sofia Coppola. 'No haría una portada con Beyoncé, por ejemplo. Me intimida totalmente'.
Para sobrellevar estos obstáculos, Coddington ha tenido como modelo a David Letterman. 'Él es increíble', opina. 'Cuando sea grande, quisiera ser como David Letterman', bromea. Eso, sumado a que sus entrevistados son caras más que familiares para ella, le ha permitido actuar frente a cámaras con una soltura muy natural que no hace más que enfatizar la sensación de persona real y sencilla, características de esa Grace Coddington que, como bien dice Susan Hoodstein, todos aman.
'Uno de los aspectos de mi trabajo que más me interesa es darle a la gente algo con lo que soñar, igual que soñaba yo de pequeña mirando fotografías', apuntaba Coddington en su autobiografía del 2012, titulada Grace. 'Todavía tejo sueños y me inspiro en todo lo que puedo, busco la parte romántica del mundo real, no del digital'. Paradójicamente, ahora, desde una plataforma digital, Grace Coddington nos sigue dando motivos para soñar. Y es que, independientemente del soporte, sigue siendo consecuente con su filosofía de toda una vida.
Grace Coddington y Karl Lagerfeld en París, fotografiados por Julie Kavanagh en 1974.
TEXTO ADAPTADO DE LA VERSIÓN IMPRESA DE J123.
