De niña jugaba en la papelería de sus padres, en Serbia. Ahora, Ana Kraš es una diseñadora, fotógrafa y artista con alma neoyorquina y sensibilidad a flor de piel, que ha sido llamada 'la chica it del diseño'.
'Las situaciones extremas y complicadas son las que verdaderamente hacen desarrollar las habilidades de cada uno. Aprendes a perfeccionar tus ideas de manera simple, útil y modesta', opina Ana Kraš, con la autoridad que le da haber nacido en Belgrado, Serbia, y haber sufrido, de niña, los estragos de la guerra. No le fue fácil estudiar, y cualquier objeto, mueble o diseño que le brotaba del alma lo creaba con puro instinto y sin el fin de venderlo, pues nadie en su tierra natal estaba en posición de invertir en mobiliario. Aun así, se las arregló y se graduó de la University of Applied Arts como diseñadora industrial, y se especializó en Arquitectura de Interiores y Diseño de Mobiliario.
Ana se mudó a Los Ángeles y después a Nueva York, ciudad donde su talento como diseñadora de lámparas fue su entrada a una carrera exitosa. Ha presentado sus luminarias –la lámpara Bonbon, entre las más conocidas– en la Bienal New York Makers y en el Museo de Arte y Diseño de Manhattan; también su línea de butacas, mesas y sillas Slon en el 2015, que curiosamente volvió a ser noticia este año durante la feria NYCxDesign, poco después de que fuera plagiada por Kamarq (copia extrema firmada por Nicola Formichetti, colaborador de Lady Gaga, y el director creativo PJ Mattan). Kraš fue una de las primeras en reportar la situación y lograr que retiraran la cuestionada colección del mercado. Pero su nombre ya sonaba desde mucho antes para los amantes del diseño.
Esencia y estilo
Ha colaborado con marcas, como Adidas y Mango; además de casas, como Maison Martin Margiela, Maryam Nassir Zadeh y Etudes Studio. Una de sus últimas colaboraciones ha dado como resultado el lanzamiento en mayo pasado del Studio bag de Salvatore Ferragamo, trabajo al alimón con el diseñador Paul Andrew, director creativo de la firma.
Su look es una combinación de minimalista, romántico y masculino. Su pelo desenfadado, siempre, y quizá, color en los labios. Publicaciones, como Vogue y W se obsesionaron con su pinta, y la llamaron 'la chica it del diseño'.
Si bien la moda, como una de las principales plataformas de creación de la cultura contemporánea, le da un espacio perfecto a Ana, es a través de su mirada que se deja conocer más. Uno puede darse un largo paseo por su página web y descubrir (o sentir), a través de sus fotografías, su sensibilidad. Suya es la imagen del pintor Henry Taylor que fue portada de la mítica publicación Apartamento n. 21.
Un día llegó a la puerta del músico y artista Devendra Banhart con el encargo de fotografiarlo. La historia dice que él abrió la puerta, ella lo miró y en menos de 10 minutos le preguntó si se casaría con él. Ella dijo que sí.
Comprometidos, eran la pareja indie más perfecta de Nueva York. Sin perder la fama llevaron una vida más o menos de bajo perfil, compartían su pasión por el arte y el buen gusto con la ropa, fueron modelos para The Kooples, cantaron juntos, y en los discos del cantante las fotografías son de ella. Fue amor, pero la relación terminó antes de convertirse en matrimonio. Hoy, Ana es novia del cantante, compositor y bailarín británico Dev Hynes.
'Los detalles son el diseño', dijo Charles Eames. En el departamento de Ana Kraš, el chai latte que la despierta por las mañanas se acompaña con tostadas y mermelada de higo que compra en una tienda donde los precios son ligeramente caros, pero valen totalmente la pena. La tostada es sencilla y la mermelada dulce. Así, todos los días temprano, en Nueva York, la diseñadora serbia reafirma el estilo que la define: simple, pero que sabe apreciar los buenos detalles.