13.11.2019

A sus 51 años, Raúl Villanueva es un experimentado ilustrador que ha encontrado en la flora y fauna los insumos para elaborar retratos familiares que escapan de lo convencional. Esto fue lo que nos contó de su obra más reciente.

¿Cómo te iniciaste en el mundo de la ilustración?

Estudié diseño gráfico porque la carrera de ilustración como tal no existía en el Perú. Pero siempre he dibujado, desde que tengo uso de razón. Con el tiempo me especialicé en un rubro diferente dentro del diseño, he trabajado con licencias con Warner Bros. y Sony, incluso he diseñado juguetes. Desde hace poco he retomado con fuerza la ilustración y tengo algunos proyectos en marcha.

¿Qué técnicas sueles usar en tus ilustraciones?

Todos mis trabajos profesionales están hechos en computadora, pero para la ilustración empleo métodos tradicionales. Es mi intención alejarme del medio electrónico del que dependemos tanto y devolverle un poco de sensibilidad a la ilustración. Básicamente, hago dibujo en papel para luego aplicar acuarelas y témpera.

¿Qué persigues con ese retorno a la ilustración y las técnicas tradicionales?

Estoy buscando que mis obras reflejen algo orgánico, quiero que se sienta la parte táctil de la ilustración, que se sienta el control de la mano, la textura del papel… hasta los errores,  que son como sorpresas inesperadas que el trabajo manual te da y que en la computadora es muy fácil de corregir. Además, estoy enfocado en temas ligados a la naturaleza, trabajando con animales y plantas.

El llamado de la naturaleza

¿A qué responde ese interés?

Siempre me ha gustado la ilustración científica. Mi más reciente proyecto está inspirado en el quehacer de los naturalistas ingleses de la época victoriana, cuando aún no existía la fotografía y todo debía estar cuidadosamente registrado e ilustrado. Es una serie bajo pedido, a través de la cual retrato familias empleando elementos de la naturaleza y cuento sus historias.

¿De qué manera esos elementos y el componente humano se manifiestan en tu obra?

Siempre he creído que los humanos nos identificamos con los animales y las plantas, y los utilizamos como símbolos de lo que somos. Son tótems, están presentes en la heráldica, en el lenguaje cotidiano, en frases como 'eres un tigre' y muchos otros términos basados en ellos, que sirven para representar las cualidades humanas. Entonces pensé en representar familias partiendo de la forma en la que cada integrante se reconoce a sí mismo.

La primera obra de la serie la hice para mi hermana, Patricia Villanueva. Yo sé que ella siempre se ha visualizado como un cuervo. Le planteé mi inquietud y le fascinó la idea. Luego, su pareja también quiso que lo representara junto a ella como un cuervo. Así que hice una pareja de cuervos, que si bien no tienen características antropomorfas, he tratado que, dentro de los límites que nos pone la naturaleza, los animales expresen los principales rasgos de las personas. Mi hermana tiene cabello blanco y largo, y su cuervo tiene cierto plumaje así. Y en la naturaleza existen ejemplares de esta especie con esta peculiaridad. En el caso de su pareja, es más delgado, espigado y su cuervo también luce esas características. La gente que los conoce y ve el cuadro puede identificar los detalles.

Pero ahí no acaba. El cuadro cuenta una historia. En este caso, ellos están en una posición que demuestra afecto, como abrazados sobre una planta. Esta también guarda un significado especial, porque es de melocotón. Él es nikkei y ese árbol representa su herencia familiar. Además, aparece un gato negro, que es su mascota. Está la familia completa.

Es un trabajo que demanda bastante tiempo…

Sí, primero tengo que buscar información de los animales que me piden representar, no soy un experto en zoología ni una enciclopedia andante. Después hay un largo proceso de bocetado hasta lograr una composición adecuada. Porque si observas a los animales no están dibujados según su escala natural, sino de acuerdo a su importancia, sin llegar a ser uno más apabullante que otro. Lo que se busca es fluidez en la lectura. Y cuantos más integrantes compongan una familia, mayor será la inversión de tiempo.

Ningún artista está libre de un bloqueo creativo. ¿Qué se puede hacer cuando eso ocurre?

Debes desconectarte de aquello que te está bloqueando y buscar inspiración fuera de tu entorno habitual. Leer libros, ir a museos, caminar por el parque… nunca sabes de dónde va a venir la inspiración. Por eso defiendo la idea de que un diseñador debe ser una persona extremadamente culta y curiosa de todo, más allá de los parámetros del arte.

El llamado de la naturaleza

Raúl, ¿qué es la ilustración para ti?

Es, y siempre debería de ser, una forma de narrar y transmitir. La ilustración deber comunicar algo o transmitir un sentimiento. Surgió como un mecanismo para hacer comprender cosas complejas a personas que no sabían leer. Para mí, ese es su fin último. Puede ser sutil u obvio, pero debe contar una historia… de otra forma, está muerta.

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Editorial

Julio

Nómadas

Fotos: Luciana González-Polar / Asistente foto: Omar Rivas / Colorizado: Paul Bobadilla / Dirección de arte y estilismo: Ximena Castañeda / Asistente de arte: Silvia Tomasich / Asistentes de estilismo: [+]

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