La diseñadora de modas y el chef fusionan su pasión por el diseño y la cocina
para recibir a sus invitados con calidez y espontaneidad, y para crear experiencias
memorables frente al mar en la casa familiar de los Aramburú.
Forman un equipo excepcional como anfitriones. José Alfredo Aramburú, un chef consumado, y Yahel Waisman, una talentosa diseñadora de modas. Ambos siempre listos para saborear la vida en buena compañía. Cada fin de semana, aprovechan al máximo su tiempo en la casa familiar de José Alfredo, ubicada en un enclave especial del balneario de Naplo conocido como La Yesera. Este lugar —que alguna vez fue una fábrica de yeso propiedad de los parientes maternos de él— ofrece una vista impresionante del mar. Convertido ahora en un extenso condominio ocupado exclusivamente por miembros de la familia, siempre tiene invitados y razones para celebrar.
Cada vez que viajan, José Alfredo carga su maleta con todo tipo de especies, fiambres y utensilios
como sartenes y cuchillos. Le gusta tener su cocina bien equipada.
Todo comienza con la idea del evento: ¿cuál es su propósito y quiénes serán los invitados? José Alfredo —quien está al frente del restaurante Cala— toma la responsabilidad de diseñar el menú completo, ajustándolo al momento de la reunión, teniendo en cuenta si es durante el día o la noche, y luego lo discute con Yahel para conocer su opinión. Una vez establecidos los platos, ella comienza a visualizar la decoración, asegurándose de que todo armonice con la comida y el ambiente. Siempre coordina con José Alfredo sobre la vajilla a usar, ya que reconoce su habilidad para realzar cada plato con la presentación adecuada. Aparte de la comida, la selección de la vajilla desempeña un papel crucial en el arte de ser buenos anfitriones para la pareja, al igual que las flores, que son un elemento imprescindible en su mesa.
Placeres de la vida
Aunque cada uno se centra en el área en el que son expertos, existe una dinámica de intercambio de ideas entre ambos, ya que tanto la cocina como el diseño son campos creativos que se complementan. Más allá de su arte individual, Yahel y José Alfredo también comparten el deseo de crear momentos memorables con las personas que más quieren. Yahel ha aprendido eso desde que se incorporó a a familia de José Alfredo, quien tiene al reconocido chef y empresario Alfredo Aramburú a la cabeza. Él y su esposa Michelle son grandes anfitriones y han depositado ese gusto en José Alfredo, quien recibe la herencia de una familia que aprecia la buena comida y la buena compañía.
Desde el desayuno, la consigna es celebrar. Constantemente están imaginando los sabores y los aromas que llenarán su día. Debido a que tienen el muelle de pescadores cerca, aprovechan los insumos que el mar les ofrece. Ya sea que estén esperando invitados o disfrutando de un día tranquilo entre ellos, siempre se sumergen en la emoción de crear y compartir momentos especiales alrededor de la mesa. Y, cuando los comensales aparecen de sorpresa, para José Alfredo la solución es única: resolver.
“Lo que más admiro de él es esa capacidad para solucionar cualquier situación”, dice Yahel. José Alfredo, con lo que tenga a la mano, siempre encuentra una salida. Es sumamente creativo: puede improvisar una rica comida con apenas tres ingredientes de la refrigeradora. “Lo esencial es divertirse y pasar un buen rato”, afirma él. Siempre que pueden, les gusta que los invitados se involucren en la preparación, ya sea que hagan parrilla, cocinen una paella o pongan algo al horno. Además, procuran cambiar el concepto de la celebración cada fin de semana para mantener la experiencia fresca y emocionante.
Yahel se encarga de dar la bienvenida a los invitados y de crear una atmósfera cálida y estéticamente atractiva.
Como diseñadora, visualiza la decoración asegurándose de que armonice con la comida y el ambiente.
