Abogado, artista visual y galerista director de Now Gallery.
Esta curación de objetos, entre arte y juguetes, revela
sus peculiaridades y rituales más íntimos.
Oso de peluche
Regalo de su padrino el día que nació. Cuando cumplió seis, su mamá decidió que ya era muy grande para peluches. Renzo lo buscó por años en páginas de cosas usadas y, finalmente, lo encontró.
Portalápices
Según Renzo, colorizar es como su TOC. Uno tiene todo lo verde; el otro, lo rosado. “Mi cabeza está tan llena de ideas y mis pensamientos son tan abstractos que intento, de la forma más visual posible, encasillar las cosas y ordenarlas”.
Taza de Barcelona
Le encanta el té y el ritual diario de tomarlo. La taza, de cristal de leche, la encontró en un mercadillo en Barcelona, España: “Tiene ese grado de transparencia que te permite observar lo que bebes”.
Caballo de plástico
Pintado a mano. Se lo regaló su abuela paterna, Oma, cuando era pequeño. Cada vez que salía de casa, lo llevaba consigo. Ahora, hasta viaja con él: “Me hace sentir seguro, acompañado y me encanta tenerlo”.
Bitácoras
No se siente cómodo enseñando públicamente su trabajo como artista, pero en estas bitácoras tiene los proyectos personales que no ha desarrollado. “Está todo escrito, soy muy descriptivo en mis anotaciones, y hago bocetos sobre cómo es que lo llevaría a cabo”.
Candelabros de cristal
Su papá se los obsequió a su mamá durante su luna de miel. Cuando él se mudó solo, le preguntaron qué objeto quería llevarse. Para él, son simbólicos y relacionados con la acción de iluminar. En sus viajes, compra velas bonitas y le encanta engreírse prendiéndolas.
Prestigio del amor de César Moro
Lo relee siempre. Incluye “Cartas a Antonio”, uno de sus poemas favoritos. “Publicarlo en los setenta en Lima, cuando aún vivíamos en una sociedad en la cual la homosexualidad estaba tan reprimida, me parece un acto heroico”.
Florero de cristal de Murano
Pieza de los setenta que fue el comienzo de su colección de cristal de neón. También tiene ceniceros y fuentes. “Me gustan las cosas brillantes”.
Fotografía en blanco y negro
La imagen del cómico ambulante que sostiene una frase de José Carlos Mariátegui pertenece al libro El discurso de la calle, de Víctor Vich. Hace quince años, Renzo la escaneó y la enmarcó, porque se identificó con el mensaje.
Caja de pinturas
“Trabajo como galerista, pero mi formación –Artes Visuales en Corriente Alterna– y vocación es de artista”, explica. Sus piezas son muy íntimas, por eso no las exhibe. Hoy valora su trabajo como galerista: “El traductor entre las obras y los coleccionistas”.