Cada vez existen más tratamientos que perfilan las cejas y pestañas,
pero ¿acaso todos son adecuados o depende del tipo de rostro?
¿Cómo saber cuál elegir? A continuación, despejamos dudas y compartimos
sugerencias expertas.
Las cejas pobladas, armadas y bien peinadas reinan desde hace varios años. Suerte de quienes las tienen naturalmente generosas, pero si no es el caso, existe cómo solucionarlo. Hoy, el cuidado de las cejas es percibido como una arquitectura (de pronto, un arte) que tiene como principal objetivo enmarcar la mirada. Pero antes de elegir un tipo de tratamiento lo más prudente es contar con toda la información posible.
Liliana Lamtenzan, fundadora y directora de uno de los estudios más prestigiosos de Lima, Max Lash & Brow Studio, y con más de 17 años de experiencia nacional e internacional en el rubro, explica que la aplicación de estos tratamientos “no solo embellece y define las facciones principales del rostro, sino que también contribuye a una mayor expresión y profundidad de la mirada”.
Microblading, microshading, shading. El primero recrea pelo a pelo unas cejas simétricas y pobladas de manera regular (tener las cejas irregulares y con espacios vacíos es muy común); el segundo crea un efecto de sombras y el último es una combinación de ambas técnicas. Antes de empezar, la zona es anestesiada. Los resultados, bien hechos, deben tener como duración un aproximado de entre 12 a 24 meses, considerando que a lo largo de todo ese periodo es importante asistir por un segundo retoque.
Liliana Lamtenzan enfatiza la importancia de contar con una evaluación previa: en su estudio, por ejemplo, se observan distintos factores como la piel, el color del cabello, las facciones y los gustos personales. A su vez, la experta recomienda que el cliente haga preguntas: “Primero, consultar cuáles son los beneficios y posibles efectos secundarios, y cuánto dura el tratamiento. Cuál es la experiencia del especialista y solicitar fotografías de trabajos anteriores”, aconseja.
Se puede buscar mejorar la simetría de las cejas con tratamientos como Seven Brows® (un procedimiento de siete pasos creado por Max Lash & Brow Studio). Pero no solo las cejas se llevan el crédito de enmarcar el rostro. Las extensiones de pestañas, el lifting (levantamiento de las propias pestañas) o el intralash (delineado sobre la línea de nacimiento de la pestaña natural para cubrir los espacios existentes entre una pestaña y la otra) han ganado popularidad por sus efectos estéticos: los ojos incluso se ven más abiertos. Además, por ser una fuente de practicidad: al aplicarse tratamientos como estos se ahorra tiempo en maquillaje.
Al igual que con las cejas, antes de seleccionar un tratamiento es importante que un especialista evalúe las pestañas naturales: su extensión, color, forma y fuerza para tomar una mejor decisión. “Las extensiones de pestañas son ideales si las tienes cortas o sin volumen; el lifting, por otro lado, es recomendable para personas con pestañas lacias y claras”, precisa Liliana. Lo cierto es que todos los detalles son relevantes: incluso el estilo de vida: un tratamiento no funciona igual para una mujer que practica natación diariamente que para otra que no hace deporte.
El principal cuidado es evitar el agua durante las siguientes 24 horas de realizado el tratamiento, así como el uso de maquillaje o productos químicos, e ir a lugares muy calurosos como una sauna. Luego de esas primeras 24 horas, se puede aplicar maquillaje (evitando el que es a prueba de agua), así como retirarlo (no con desmaquilladores en base a aceite). La higiene diaria es muy importante, enfatiza Lamtenzan: a pesar de que pueda dar miedo tocar el área de cejas y pestañas, es necesario mantener nuestra rutina de limpieza.
Sobre todo, la experta peruana remarca la importancia de buscar un sitio confiable y profesional, que utilice productos de calidad que cuenten con la validación del Ministerio de Salud. “Siguiendo estos consejos, puedes ayudar a asegurar que tus cejas y pestañas se mantengan saludables y los resultados del tratamiento duren más tiempo”, señala Liliana. Prestando atención a los detalles es como se logran grandes cambios. Nuestra mirada es prueba de ello.