Modelo, filántropa y amante de los viajes, lady Kitty Spencer, sobrina de la princesa Diana, se abre paso gracias a su belleza y estilo personal como la estrella de una nueva generación nobiliaria.
Cuando la princesa Diana y el príncipe Carlos anunciaron su divorcio a inicios de los años noventa, la prensa hostigó tanto a la familia real que Charles Spencer, el hermano de Diana, y su esposa, Victoria Aitken, decidieron mudarse a Cape Town con sus seis hijos. Es así que durante muchos años y por obvias razones, la atención mediática ha estado siempre puesta sobre los hijos de Lady Di, Harry y William. Hasta ahora.
El día de la boda entre Harry y Meghan Merkle, una de las invitadas de la familia a la royal wedding fue la que acaparó todas las cámaras: se trató de lady Kitty Spencer, sobrina de lady Di. Su llegada no pudo pasar inadvertida, pues llevaba puesto un vestido verde de Dolce & Gabbana, combinado con unos stilettos naranjas que, como se describió en la mayoría de revistas y webs, fue un look espectacular. Su estilo cautiva porque oscila entre lo sensual y lo clásico. Y no puede dejarse de lado su llamativa belleza. Kitty es la principal representante de una nueva generación de nobles que promueve un estilo de vida igual de glamoroso y cosmopolita que antes, pero mucho más terrenal y por eso, decididamente más cool.
My Fair Lady
Tiene 27 años y es la mayor de sus seis hermanos. En Sudáfrica estudió Psicología y Literatura Inglesa. Luego, estudió Historia del Arte en Florencia y después llevó un Máster en Administración de Marcas de Lujo, en Londres. Su acercamiento al arte y a la moda, entonces, empezó siendo más académico y formal. Sin embargo, la industria, siempre atenta a nuevas figuras, se ha visto cautivada por su físico, que si bien es bastante parecido al de su tía, evoca más los rasgos típicos de las bombas sexys de los años sesenta. Ella, rubia y voluptuosa, resalta en campañas y pasarelas. Y obviamente su linaje noble es una historia que ha encantado a más de un diseñador, fotógrafo y editor de modas.
Hasta el momento ha sido imagen de campañas de Dolce & Gabbana y ha caminado por su última pasarela en la Semana de la Moda de Milán. De hecho, prácticamente solo se viste con prendas de esta firma. Según ella, la marca va perfecto con sus gustos: vestidos midi, estampados grandes y uno que otro escote de impacto. Le encanta resaltar su figura sin necesidad de mostrar mucha piel y forma parte de ese grandísimo grupo de mujeres que no sale de casa sin unos labios rojos.
También es embajadora de Bulgari, pero no se dedica solo a postear fotos de sus joyas, sino que con esta marca apoya la fundación de Elton John contra el VIH. La filantropía, como era de esperarse en un miembro de la familia real, es importante para ella. No le basta con una sola causa. También es embajadora de la organización Give Us Time, que brinda compañía a familiares de militares y forma parte de Save The Children y Centrepoint, instituciones sin fines de lucro que tienen como fin brindar un techo a jóvenes de bajos recursos.
Una estrella real
Lady Kitty ha sido la grata revelación de este año y su nombre se repite ya en todo el mundo. Se dice que es una chica de perfil bajo, que reside sin un exceso de extravagancias en Londres. Sin embargo, su Instagram es un registro completo de sus viajes por las playas más exóticas con su mejor amiga, la modelo Emma Weymouth, o de sus estadías en Nueva York, una de sus ciudades favoritas que ha descrito como el lugar que hace que 'su corazón baile'.
Ella es la cara de la nueva generación nobiliaria, que es mucho más accesible porque no sigue al pie de la letra las normas protocolares y que tampoco es castigada socialmente si comparte fotos bailando en discotecas. Y como cualquier chica de su edad comparte todo el tiempo sus gustos más sencillos: su amor por la pizza y por su gato, al que llamó Baby D, o su emoción al tomarse un selfie con un famoso de la talla de Stevie Wonder. Lady Kitty Spencer lleva el término it girl a otra dimensión, una en la que las princesas son de carne y hueso.