Cada pincelada de Santiago Yahuarcani es una reverberación
de las historias de las comunidades amazónicas que anidan
en la memoria colectiva. Su mirada ha trascendido fronteras,
con obras en las colecciones de museos como el Reina Sofía
de Madrid y la Tate Britain Collection.
En el corazón de Santiago Yahuarcani late un bosque vivo. En ese espacio interno resuenan los murmullos de los ríos serpenteantes, el canto melodioso de los pájaros que surcan los cielos, y las fascinantes historias y mitos que han perdurado a través de las generaciones. Sobre esa sinfonía de voces que emergen desde las profundidades de la memoria colectiva, arraigada en la maravillosa selva amazónica, pinta Santiago. Su arte es una ventana a través de la cual busca compartir las cosmovisiones de las comunidades amazónicas. Lo hace como un acto de preservación cultural, un intento por evitar que estas ricas narrativas se pierdan en el tiempo.
Espíritu de cumala (arriba), que forma parte de la Tate Britain Collection, y Shiminbro, (abajo) son obras de gran formato pintadas con tintes naturales y sobre Llanchama, una fibra de corteza de árbol.
Este artista indígena uitoto, oriundo del pueblo de Pebas, situado a orillas del río Ampiyacú en Loreto, se ha erigido como un pintor autodidacta. Sus pinceles, imbuidos con la esencia de la selva que lleva consigo, han creado obras que trascienden las fronteras geográficas y culturales. Representado por la galería peruana Crisis, las pinturas de Yahuarcani han encontrado su hogar en las colecciones de prestigiosos museos alrededor del mundo, como la Tate Britain Collection de Londres el año pasado y el Reina Sofía de Madrid en el 2022, además de otras instituciones culturales como el Museo Van Abbe de Países Bajos, el Museo de Arte de Lima y el Museo de Arte de San Marcos.
“El ingreso de Santiago a la colección de la Tate Britain Collection lo posiciona entre los artistas latinoamericanos con mayor proyección internacional, lo cual pone el foco en la calidad del arte indígena peruano”, asegura Alejandra Monteverde, directora de la galería Crisis. “Cada vez se valora más arte como el nuestro”, comenta por su lado el propio artista.
Las pinturas de gran formato creadas por Yahuarcani no solo cautivan, sino que se erigen como testimonios de lo que ocurre con los grupos originarios. También son una voz de protesta contra la cruel deforestación que amenaza la biodiversidad de la selva. Así, cada obra del artista, pintada en llanchamas sobre telas confeccionadas a partir de cortezas de árboles y pigmentadas con tintes naturales, es una manifestación visual poderosa. Sus creaciones llevan consigo la riqueza de una cultura que, a través de las manos de Santiago, se esfuerza tenazmente por preservar y seguir desarrollando su existencia.
