Por: Alejandra Nieto / 29.01.2024



Con más de 36 años de amistad, la supermodelo Linda Evangelista
y uno de los más celebrados fotógrafos, Steven Meisel, han crecido juntos
en la industria de la moda. Juntos han disfrutado, han superado retos
profesionales y enfermedades, y han creado algunas de las imágenes más icónicas
de la historia de la moda. Este año decidieron celebrar su extraordinaria
relación con un libro.








El libro de fotos de Evangelista hechas por Meisel es la celebración de una amistad
creativa y extraordinaria entre dos personajes que parecen hechos el uno para el otro.


“Siempre me preguntan quién es mi fotógrafo favorito y es indudablemente Cindy Sherman. Pero mi artista favorito es Steven Meisel”, declaró Jeremy Scott en el 2014 cuando lanzó la colección Otoño Invierno como director de Moschino, con Linda Evangelista como imagen y Meisel como fotógrafo. La frase resume el concepto que muchos en la industria tienen del trabajo de Meisel: el de un verdadero artista interesado en modelos con carácter que tuvo la suerte de encontrar en Evangelista a una musa y un par creativo.


En 1987, Meisel vio una foto de Linda Evangelista en una revista y pidió que la convocaran para el editorial de Vogue que estaba por fotografiar. “Quería mucho agradarle porque amaba su trabajo”, contó Linda, entonces de 21 años, sobre los nervios antes de la sesión, su primera para la revista. Meisel tenía por entonces 33 años y era el engreído de Franca Sozzani y Anna Wintour. Y quedó tan encantado con la novel modelo que mandó a casa a todas las otras chicas. Es con una de las fotos de ese primer editorial que abren el libro Linda Evangelista Photographed by Steven Meisel, una retrospectiva —rareza para ambos creadores— que reúne casi 200 imágenes y 25 años de colaboraciones. “Estuvimos de acuerdo en qué fotos seleccionar el 99 % de las veces”, contó Evangelista.


El libro es una biblia de la historia de la moda. Está la imagen que dio pie al “Linda”, el estilo de corte de pelo que marcó el final de los ochenta y el despegue de Evangelista como un ícono internacional… aunque pudo ser todo lo contrario. Estaba en una sesión para Peter Lindbergh y la modelo dejó que el peluquero Julian d’Ys le cortara el pelo realmente corto. Iba a desfilar en Milán y, de repente, todas las marcas empezaron a cancelarla ante el nuevo look, hasta que Meisel convirtió el corte en sensación.






Otros trabajos en conjunto son también espectaculares. Linda recreando a Katharine Hepburn, Anna Magnani y Sophia Loren;
editoriales que parecen salidos directo del neorrealismo italiano; otros lúdicos y algunos en blanco y negro minimalista.
O linda en un mundo torcido, como salida de la imaginación de Cronenberg o de Lynch, sonriendo como lo haría cualquier otra
cover girl en una situación normal.





La modelo pasó a ser uno de los rostros más reconocidos del mundo, y llegó a declarar que ni ella ni sus compañeras —Christy Turlington, Naomi Campbell o Cindy Crawford— se paraban de la cama por menos de 10.000 dólares al día. Desde 1988 al 2011, sin embargo, nunca dudó en ponerse frente al lente de Meisel siempre que él la convocaba. Entre ellos se generaba un espacio de experimentación perfecto que consolidó la marca “Linda and Steven”, como empezaron a ser conocidos. Fueron años magníficos. Uno de sus editoriales más recordados es “Makeover Madness”, que tuvo ochenta páginas en la edición de julio de 2005 de Vogue, y que retrataba con ironía el precio quirúrgico, económico y emocional de los ideales de belleza. “Creamos juntos, nunca es uno solo actuando”, ha declarado Meisel mirando al pasado.


Luego de la muerte de Sozzani en el 2016, Meisel vio su ritmo laboral reducirse, mientras que Evangelista tuvo que lidiar con una transformación física indeseada que la alejó por completo del modelaje y por la que terminó demandando públicamente a la empresa estética CoolSculpting. Aun así, el dúo no ha perdido vigencia. Como muestra, Meisel acaba de ser director creativo de una última colección limitada de Zara: él mismo se encargó de fotografiar la campaña en la que, por supuesto, participó Evangelista.


Este libro —un reencuentro para ambos— es una celebración del pasado. ¿Por qué ahora? “Porque Linda me lo pidió”, declaró Meisel. Evangelista ha superado dos episodios de cáncer de seno en los últimos cinco años, y finalmente se encuentra en remisión. “He pasado por algunos problemas de salud horribles. Estoy en un lugar donde estoy muy feliz celebrando mi libro, mi vida. Estoy muy feliz de estar viva”, declaró. El libro es exactamente eso, un objeto para celebrar una amistad creativa y extraordinaria entre dos personajes que parecen hechos el uno para el otro.





Luego de la muerte de Sozzani en el 2016, el fotógrafo vio su ritmo laboral reducirse, mientras que la modelo
tuvo que lidiar con los resultados fallidos de una intervención cosmética.




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