Con fuerza interpretativa y un estilo único en la alfombra roja,
Florence Pugh es una de las actrices más exitosas, versátiles
y populares de su generación.
Desde cine indie a franquicias como Marvel, en los últimos años
no ha parado de trabajar ni de construir una leyenda clara
para sí misma: es una profesional que siempre hace lo que quiere.
Quizás la interpretación más memorable a la fecha de la actriz británica Florence Pugh (Oxford, 1996) sea la de Dani, una joven en medio de un proceso de duelo que decide acompañar a su novio distante y a sus amigos a un festival de verano en Escandinavia. Midsommar, dirigida por Ari Aster en el 2019, cosechó premios, pero también cautivó a la audiencia, protagonizó un vivaz debate online, muchos disfraces de Halloween y fue éxito en la taquilla.
Ese mismo año, Pugh consolidó su rango con otro papel importante: Amy, en la adaptación que la celebrada directora Greta Gerwig hizo de Mujercitas. Una de las características que la tentaron del papel que le valdría una nominación al premio Oscar como Mejor Actriz de Reparto es que Amy es una persona en crecimiento. La vemos ser una niña malcriada hasta convertirse en una mujer que encara al personaje de Laurie (interpretado por Timothée Chalamet) sobre lo poco que significaba el amor sin seguridad económica para una mujer de su época. Cabe destacar que Gerwig agregó ese monólogo el mismo día de la grabación y que Pugh lo memorizó de inmediato.
“Siento que ahora estoy entrando en este ritmo de mi carrera en el que sé lo que puedo recibir,
lo que puedo dar y lo que no aceptaré más”, declaró Florence Pugh.
Si bien ha sido parte también de grandes franquicias –interpreta a Yelena en Black Widow (2021), Hawkeye (2021) y próximamente en Thunderbolts (2024)– y de películas taquilleras como la reciente Oppenheimer (2023), nunca se alejó de un cine más independiente, que le permite explorar todo su rango. Una de sus más recientes entregas es A Good Person, drama escrito y dirigido por su exnovio Zach Braff. En el filme, Pugh interpreta a una mujer joven que causó un accidente de tráfico y lucha desde entonces con su adicción a las drogas. En realidad, la actriz lleva años eligiendo proyectos que ama y deslumbrando en la pantalla.
Braff, con quien tuvo una relación de casi tres años, marcó un punto de quiebre en la relación entre Pugh e internet. La diferencia de 21 años y la poca popularidad del actor dieron pie a críticas y opiniones no deseadas. “No creo que solo porque tenemos este trabajo debamos ser observados y se deba reportar sobre cada aspecto de nuestra vida. No nos hemos inscrito en un reality show”, declaró enfática. Aun así, se vio envuelta en la vorágine de rumores que desató Don’t Worry Darling, película de Olivia Wilde que Pugh protagoniza y que saltó a los titulares por la relación entre la directora y Harry Styles. Se rumoreó una pelea entre la actriz y Wilde cuando Pugh no promovió la cinta con el esfuerzo que la ha caracterizado en otras producciones.
Florence Pugh parece tener el carácter para hacer frente a chismes y críticas. Es muy honesta en sus opiniones en Instagram y cercana a sus seguidores. De hecho, durante la pandemia desarrolló Cooking with Flo vía YouTube, un programa de cocina donde compartió los secretos de su papá, quien se dedica a administrar restaurantes.
En moda también rompe esquemas. Embajadora de Tiffany’s y amante de Valentino, fue motivo de burlas en las redes sociales por usar un vestido con top transparente para el desfile del 2022 de la marca italiana. “Me sentía cómoda con mis senos pequeños. Y mostrar que me sentía cómoda fue lo que irritó a la gente”, reflexionó la actriz sobre el ataque online que recibió. “Algunos de mis momentos de mayor orgullo al aceptar mi cuerpo han sido con los vestidos de Pierpaolo [Piccioli]. Cada vez que salgo con Valentino, es como mi armadura”, declaró contestataria y haciendo gala de una libertad y una fuerza que resultan tan frescas en la industria del cine.
