La hija de Tilda Swinton ha heredado de su madre un atractivo particular y el talento para la actuación, pero busca su propio camino lejos de Hollywood.
Es difícil ser la hija de una celebridad y pasar inadvertida: solamente el apellido conlleva a una vida de paparazzis y photo-ops. Este no es el caso de Honor Swinton Byrne, la hija de Tilda Swinton y del dramaturgo y pintor John Byrne. Y es que su madre, esa actriz que por su aspecto y su talento parece venida de otro planeta, siempre ha mantenido su vida privada para ella. Y son pocos, muy pocos los que conocen a su familia.
Con 21 años, Honor acaba de ser descubierta. Se debe a su rol en Souvenir, película dirigida por la amiga de la infancia de su madre, Joanna Hogg, que acaba de presentarse en el Festival de Cine Independiente de Sundance. Las críticas solo alaban a la novel actriz, que ya está filmando una secuela junto a Robert Pattinson.
Se equivocan, sin embargo, quienes piensan que este es el primer paso de un camino al estrellato. Honor se alista para postular a la universidad y estudiar Psicología. ¿La actuación? ¿El arte? ¿El legado de sus padres? Nada de eso le quita el sueño, pues ya sabe que puede triunfar. Una verdadera artista independiente.