El artista visual y diseñador Mariano Márquez combina objetos funcionales con otros sentimentales; todos tienen que ver con sensaciones, afectos y construcciones.
Serrucho
Lo compró pasada la medianoche en una de las pocas ferreterías que permanecía aún abierta en Manhattan. Y era el último serrucho que quedaba. 'Ese me estaba esperando a mí', dice Mariano con cariño.
Cuchillo
Estaba con un amigo cuando vio esta herramienta en una tienda. Iba a partir en un viaje largo y pensó comprarlo en otra ocasión. Grande fue su sorpresa cuando al subir al tren vio el fiambre que el mismo amigo y su esposa le habían preparado: pan, queso y el mismo cuchillo.
Bicicleta
Tiempo atrás perdió una bicicleta de la misma marca, en color azul, y decidió comprarse una igual. Así descubrió que año a año pueden salir nuevas ediciones, pero este modelo se mantiene.
Portaminas Paper Mate
Una de sus herramientas preferidas por el color negro que logra, lo que funciona bien para sus dibujos. Junto al tablero y una hoja de papel son sus compañeros diarios.
Volkswagen
Antes de fallecer, una buena amiga le dejó este auto. Mariano no sabía manejar ni tenía brevete, y su amiga lo sabía. Para él, fue la manera que encontró de seguir presente en sus días. Y se hizo su voluntad, le cambió la vida, a él y a su familia.
Audífonos
Su miedo a volar y a viajar en aviones encontró compañero ideal en este dispositivo. Todo sonido externo queda aislado y solo queda él y lo que desea escuchar. No hay ruido del motor ni de las ruedas contra la pista de despegue.
Móviles
Son piezas con las que se identifica mucho y por ello les tiene cariño. Empezó a hacer estos trabajos cuando se convirtió en papá hace 6 años, y los primeros modelos fueron para sus hijos.
Lámpara
Este diseño suyo resultó de una exploración entre estructura e iluminación. Le gustó llevar la estrella de origami, hecha tantas veces en pequeño, a una versión tamaño grande. La llama F-7 y es una construcción hecha con una técnica llamada kusudama.