Su trabajo evoca la esencia de lo cotidiano, la memoria y los sueños. La pintura de Ale Risi es un diario visual colorido, musical y nostálgico, como ella misma.
Alessandra Rissi empezó a pintar desde los tres años. Su abuela fue quien la estimuló a hacerlo. Durante la secundaria, emergió la confirmación de que quería ser artista. En Lima, empezó a estudiar en Corriente Alterna y luego culminó su carrera en la Nuova Accademia di Belle Arti (NABA) de Milán. Desde entonces, su producción artística no se ha detenido. Ha sido parte de casi veinte muestras entre propias y colectivas. Su participación en Art Lima 2020, aunque en plena pandemia, estuvo en el top 7 destacado de la feria.
La obra de Alessandra está ligada a la memoria, al recuerdo, a la esencia de lo cotidiano. Por eso, no es gratuito que un tema recurrente en su pintura –en su mayoría, óleos– sea el distrito de La Punta y su esencia náutica, ya que es el hogar de sus abuelos y el balneario icónico en el que vivió hasta los siete años. Pero también aparecen otras situaciones e imágenes comunes, como las que le han permitido retratar “Un pelo en lengua”, quizá uno de sus lienzos más controvertidos y abrumadores.
Precisamente, uno de los objetivos de su arte es dejar margen a la interpretación del espectador. Por eso, dentro de su trabajo hay dos lecturas: el objeto y la situación, y un trasfondo misterioso e incomprensible para analizar a discreción. Pero lo de Alessandra no se limita solo a la pintura: tiene distintos intereses que van desde la fotografía y la moda hasta la dirección de arte y el baile. El suyo es un activo mundo creativo.