Por: Rebeca Vaisman / Fotos: Iván Salinero / Maquillaje: Olga Sonco / Estilismo: Christian Duarte y Duilio Dall'Orto / Retoque: @paul_sangster

Para los chefs y esposos Coque Ossio y Sabina de Szyszlo, el hogar es el fuego donde los proyectos se cocinan.

Si alguien hubiera llegado un día antes, a la misma hora, al departamento de Sabina de Szyszlo, la habría encontrado en la cocina preparando croquetas de camote; y a Lorenzo, su hijo, acompañándola con una paciencia inusitada para sus 2 años. Es el primero en probar los experimentos culinarios de su madre: ella los hace pensando en él.

Instaurar un régimen de comida saludable puede parecer una propuesta imposible en casa de chefs. Coque Ossio, además de serlo, es hijo de Marissa Guiulfo, la pionera del catering en el Perú y un personaje reconocido por la generosidad con la que sirve cada una de sus mesas. Sabina De Szyszlo también estudió Cocina, pero se cambió a Pastelería porque si bien le exige mayor exactitud también le permite ir a sus tiempos, avanzar con detenimiento, organizar sus insumos y fluir. Coque y Sabina, juntos desde hace casi 9 años –entre algunas idas y vueltas−, y casados en abril pasado frente al mar de Pucusana, han sabido disfrutar de las mejores comidas tanto en la querida casa de Guiulfo en la playa, como en mesas de chefs amigos en distintas partes del mundo, y por supuesto en los restaurantes de Coque (La Bonbonniere, La Plazita y el exitoso Franklin en el Parque Roosevelt son solo algunos de ellos).

Coque y Lorenzo Osio.

'Me encanta comer pero antes, si estaba sola, me hacía cualquier cosa o simplemente no comía. Pero para Lorenzo me parece tan importante pensar cada plato, cocinarle y saber que se está nutriendo bien', explica ella. En ese sentido, Lorenzo le cambió la vida a sus padres, como todos los hijos. Y lo hizo para mejor (como todos los hijos).

La vida buena

Hasta que cumplió los ocho meses de embarazo, Sabina seguía yendo al taller de producción de La Dulciteca, su pastelería, para preparar prácticamente cada torta. Pero una vez que Lorenzo nació, no se apareció por el taller en seis meses. Era física y mentalmente imposible ocuparse de nada más.

Y fue en medio de esa reclusión y exploración que se dan luego de ser madre por primera vez, que empezó a usar otros canales para expresarse. A través de su cuenta de Instagram @Sabinicious, posteaba reflexiones sobre dar de lactar, fotos de Lorenzo durmiendo sobre ella o selfies divertidos con su hijo; es decir, imágenes de la más simple y linda intimidad. Hoy, el vínculo entre ambos es génesis de un proyecto muy importante para Sabina: un blog de nutrición y lifestyle saludable. Espinaca bebé se llama la página que lanzará a comienzos del próximo año y que ha creado junto a Daniela Prado, que además de nutricionista, es su prima.

Junto a su prima y socia, Daniela Prado.

Sabina siempre ha aclarado que no está capacitada para aconsejar a la mayoría de mamás que le escriben haciéndole consultas. 'Pero el aporte de Sabina al proyecto es demasiado grande', responde por su lado, Daniela. 'El que sea madre es fundamental y que esté rodeada por este entorno gastronómico hace que esté continuamente innovando e investigando en la cocina', explica la nutricionista y socia del blog. 'Pero es su dedicación lo que me inspira. Está realmente involucrada y lo lindo es que no quiere esto solo para Lorenzo, sino que lo quiere compartir'.

*Lee la nota completa en la edición de diciembre de Revista J.

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