De estar detrás de producciones íntimas y cine independiente a dirigir una de las películas
más populares –y marketeadas– del año, Greta Gerwig está trazando una carrera original e inesperada.
Tal como sucedió con la Barbie astronauta o la Barbie presidenta, esta joven directora, escritora y actriz
parece querer enseñarle al mundo que, en efecto, las mujeres pueden hacerlo todo.
La directora tuvo completa autonomía para abordar el proyecto de Barbie, dotando a sus personajes
de las características distintivas de sus obras: feminidad y autenticidad.
“¿Conoces los lamentos de Job?”, preguntó Greta Gerwig, refiriéndose al libro bíblico, en una entrevista con The Observer cuando la cuestionaron sobre sus primeras ideas para Barbie. “Sorprendentemente, comunican algo de la vibra de la película”, aseguró. Barbie puede parecer un proyecto raro para Greta Celeste Gerwig (Sacramento, California, 1983), conocida delante y detrás de cámaras por producciones independientes donde los personajes femeninos brillan en aplicada complejidad. Pero la elección es casi maquiavélica. La directora recibió un universo rosa y la libertad de crear su historia a cambio de la credibilidad que le da ser una de las pocas mujeres (cinco) en haber sido nominadas al Oscar a mejor dirección y el tener un historial de películas cuyo punto de vista es femenino y honesto. Dos cualidades que Barbie quiere para sí.
“Todas sus heroínas parten del deseo de algo distinto, las mueve una búsqueda de su lugar en el mundo.
Y todas son capaces de realizar esa búsqueda en compañía de otras mujeres”.
Es posible observar la presencia de Gerwig en Barbie como se la observa en su ópera prima Lady Bird, en su adaptación del clásico de Louisa May Alcott Mujercitas o incluso en Frances Ha, dirigida por su pareja Noah Baumbach pero escrita por ambos. Gerwig concibe universos femeninos sin avergonzarse de nada, desde el lamento de Job, porque hay situaciones de proporciones bíblicas que lamentar, pero también desde la celebración y la esperanza. Todas sus heroínas parten del deseo de algo distinto, las mueve una búsqueda de su lugar en el mundo. Y todas son capaces de realizar esa búsqueda en compañía de otras mujeres, en la forma de amigas, hermanas, madres, mentoras, encuentros casuales o relaciones de años que se revelan como el sistema que les da la libertad final que el mundo parecía negarles.
“Hemos creado una Barbie es que es auténticamente artificial”, declaró Gerwig para la revista The Gentlewoman. La película ignora la posibilidad del CGI (la imagen generada por computadora) por algo más “a la antigua”: la construcción de escenografías que recuerdan a los dibujos que venían en algunas cajas de Barbie, fondos de fantasía para esta realidad paralela. Es similar a lo que la directora hizo con Mujercitas, donde creó una obra nueva sin despegarse de la pieza original. En la película del 2019, los diálogos se sienten modernos, pero la mayoría –sobre todo los textos más memorables– son citas directas del libro. Gerwig coreografió a Saoirse Ronan, Emma Watson, Florence Pugh y compañía para interrumpirse entre sí, tal cual como lo haría un grupo de hermanas. El centro de todas sus películas se encuentra en detalles llenos de humanidad.
Su trabajo como directora ha sido reconocido por retratar personajes femeninos complejos con honestidad,
como fue el caso de Lady Bird y Mujercitas. Derecha: junto a su pareja el también director Noah Baumbach.
Antes, en Lady Bird, del 2017, Gerwig nos enseñó que prestar atención es una forma de amar. Como lo hiciera también Joan Didion (escritora a la que cita en el filme), el personaje autobiográfico de Gerwig, interpretado por Saoirse Ronan, mantiene una relación compleja con la ciudad de Sacramento, a la que le exige más de lo que es, pero a la que no puede parar de observar con fascinación. Esta misma mirada atenta está presente en Barbie. “Los humanos somos las personas que creamos a la muñeca y luego nos enojamos con ella”, declaró Gerwig. Tal como Lady Bird con su ciudad o Frances Ha con su futuro, Barbie Estereotípica, personaje central de la película interpretado por Margot Robbie, se encuentra de repente en inevitable análisis de su realidad. La película es un renacer para el juguete, una explicación de su existencia y una promesa hacia el futuro. Desde su cambio de imagen en el 2015, Mattel llama a todas sus muñecas Barbie, sin importar raza, profesión o tipo de cuerpo. Es casi otra referencia religiosa decir que Barbie es una y es multitud. Mientras que la muñeca más amada y odiada se mantiene radicalmente soltera y sin hijos, Gerwig acaba de tener a su segundo bebé y disfruta de la agotadora maternidad. Y pronto empezará su segunda prueba en una superproducción: dos películas de “Las crónicas de Narnia” para Netflix.