Es una de las maquilladoras más reconocidas del medio. Aunque el camino de Ale Chávez no ha sido fácil por causa de una enfermedad, el budismo y su devoción por lo que hace son el motor de su existencia.
Ale Chávez es reconocida por su maquillaje con acabado de lujo, su experiencia para fotografía y producciones de belleza y moda (ha colaborado con publicaciones como Vogue Italia, por ejemplo), y por su trabajo con novias. Ha viajado a Londres, París y Escocia a entrenarse con artistas como James Molloy, Patrick Ta y Sara Seidman, algunos de los mejores del mundo. Menos conocido es que esta make up artist peruana convive con un diagnóstico de lupus, una enfermedad que, si bien le ha cambiado la vida, no fue nunca un impedimento para su preparación profesional: la primera vez que salió de Perú para hacer un taller, viajó armada con un bastón, y luego lo hizo con una silla de ruedas eléctrica que le permitió mayor movilidad.
Hace 7 años ella estaba dedicada cien por ciento a su carrera de psicóloga, hasta que la enfermedad la obligó a pasar temporadas enteras en cama. 'Fue como un huracán en mi vida', recuerda. 'No podía caminar ni mover mis manos, me tenían que dar de comer; pero yo siempre he sido muy independiente y con mi enfermedad también fue así'. En medio de esa tormenta descubrió el budismo y la meditación, y entendió que 'podía dedicarme a sufrir y a llorar, o a aprender a controlar mi mente', dice. Se decidió por lo segundo. Entonces, hizo de su mal ya no un proceso tortuoso, sino uno de autodescubrimiento. Gracias a la filosofía budista, las experiencias cercanas a la muerte que tuvo se convirtieron en episodios reveladores que la hicieron reparar en aquello que más disfrutaba en la vida. Maquillar era una de esas cosas. En una época muy dura, la idea de poder maquillar la mantuvo 'anclada a la vida'.
La belleza para esta artista del maquillaje, ahora más que nunca, es un concepto que va más allá del plano físico y que varía según la persona. 'Intento descubrir qué es lo que le gusta a mi clienta de cierto maquillaje, de determinada referencia, y qué es lo que busca sentir, para que cuando vaya adonde tenga que ir, se vea y sienta exactamente como quería', finaliza Ale. Quizá sea esa mirada profunda lo que le permite sacar a la superficie la mejor belleza: la interior.