Para entender plenamente el lugar que ocupa el sello discográfico Infopesa en la historia de la música en el Perú y en Latinoamérica, abundan los ejemplos. Pero, en términos más personales, su historia es también la de un homenaje constante de un hijo a su padre.
En los primeros años de la década de los setenta, la mítica Industria Fonográfica Peruana apostó por bandas precursoras en su género que ahora ostentan estatus de culto, como Los Mirlos, Juaneco y su Combo, y Los Orientales de Paramonga; fue hogar del Grupo 5, Agua Marina y Armonía 10, tres de los nombres más importantes para la cumbia peruana; y de agrupaciones como Los Pakines y Los Pasteles Verdes, cuyos temas han superado la prueba del tiempo: “Recuerdos de una noche”, “Hipocresía” y “El reloj” —canciones de una calidad a la altura de su carga emocional— en conjunto superan largamente las 120 millones de reproducciones en YouTube y Spotify.
Quizá la mejor manera de comprender la labor de Infopesa sea centrándonos en su fundador, Alberto Maraví. Su ímpetu por descubrir talentos en el territorio nacional lo llevó a recorrer “costa, sierra y montaña” —como él solía decir—, y su oído para el hit moldeó el sonido de un sinnúmero de grupos. A Los Pakines los convenció de hacer transitar sus guitarras surf rock por los senderos de la cumbia psicodélica. A Juaneco y su Combo les propuso grabar “Mujer hilandera”, la versión en español de una canción brasileña que los pucallpinos convertirían en uno de los temas más icónicos de la cumbia; al Cuarteto Continental le presentó “Llorando se fue”, una saya de Los Kjarkas que versionaron en clave tropical, y que posteriormente el grupo Kaoma copió y convirtió en himno mundial.
Hasta el 2009, sin embargo, Juan Ricardo Maraví no dimensionaba la importancia de su padre para el negocio de la música en este lado del mundo. “Un montón de gente cree que mi papá siempre me enseñó todo sobre Infopesa, pero no fue así. Yo estaba en otra, era un adolescente”, recuerda. Hasta que, tras batallar dos veces con un cáncer, en el 2004 y el 2009, nacieron en él unas ganas vehementes de retribuir a su papá el apoyo que le dio durante esos años difíciles.
Entonces empezó a revisar a escondidas el catálogo de la disquera. Se dio cuenta de que la gente “ripeaba” los vinilos y los subía a YouTube. Consciente de la demanda, le propuso a su papá relanzar el sello.
“Cumbias chichadélicas” es el nombre del primer compilatorio que los Maraví, padre e hijo, lanzaron juntos, y que marcó el regreso oficial del sello. Luego vinieron más de una veintena de títulos, entre reediciones y compilaciones, en formato digital, en CD y hasta en vinilo de 45 rpm.
Fotografía: Elías Alfageme (Archivo El Comercio)
Juan Ricardo sabía que el aspecto visual era clave para acercar las obras de Infopesa a las nuevas generaciones, así que se propuso rediseñar las portadas para actualizar su estética. Uno de los principales aliados en este proceso de reinterpretación fue el artista Yerko Zlatar. “La idea desde el inicio fue usar las carátulas originales como base y darles un giro más contemporáneo, para que fuera evidente que se trataba de reediciones”, comenta Yerko.
En la noble tarea de acercar el legado de su padre a nuevas audiencias, su expertise de publicista le permitió a Juan Ricardo aprovechar lo mejor de dos mundos: la masividad de las plataformas digitales y el aura de exclusividad que tienen los objetos de colección como estas reediciones de tiraje limitado y diseño cuidado. Pero, más allá de lograr el resurgir del sello, trabajar juntos fue un aprendizaje. “Para mí, porque aprendí de todo su knowhow. Y, para él, porque no estaba acostumbrado a trabajar con alguien: toda la vida había hecho las cosas solo”, explica el hijo.
Fotografía: Elías Alfageme (Archivo El Comercio)
Alberto Maraví falleció en el 2020, el mismo año en el que diagnosticaron a Juan Ricardo con osteorradionecrosis, un efecto colateral de la radioterapia. Fue el peor año de su vida. Pero un sueño con su papá le devolvió las fuerzas y lo llevó a buscar un tratamiento alternativo para su condición. Juan Ricardo se concentró en curarse con la misma actitud casi compulsiva con la que se propuso reflotar Infopesa. “Ahora estoy en tratamiento, estoy estable. Y todo gracias a que soñé con mi papá”, asegura.
En el 2022 reclutó al Cuarteto Continental —agrupación que su padre había formado y por la que tenía un cariño especial—, y compuso y produjo un tema para ellos, de la mano del productor Alonso Bentín. En octubre del año pasado, cuenta Juan Ricardo que entró a un restaurante mexicano en Londres y se percató de que estaba sonando la versión original de “Macondo”, el último tema que su papá produjo antes de morir. “Es superloco…”, reflexiona Juan Ricardo. “Yo siento que él todavía se comunica conmigo a través de la música”.
