Los objetos que definen el amplio e interesante mundo de este músico, arquitecto y diseñador, fundador de Studio Orbeat.
Piano
Su hermano mayor lo encontró en la calle en Estados Unidos. Cuando regresó a Lima, le dijo a Luis que podía quedárselo (casi) indefinidamente. Este lo mandó a afinar y, para su sorpresa, le dijeron que estaba ‘resfriado’ por la humedad. Por eso, lleva un tubo caliente de clóset en su caja acústica. Con él compone, ensaya y graba.
Silla inglesa
Su abuelo materno, Lucho Laínez, era ingeniero, y ellos pasaron mucho tiempo juntos en su escritorio. Cuando murió, él restauró la silla de madera con una tela impermeable que se utiliza en embarcaciones y, aunque aún le falta una rueda, siempre que está en ella se siente “importante”.
Reloj de su padre
Este Omega De Ville cuadrado es probablemente de los años cuarenta. Su papá, Marcial Ortiz de Zevallos, lo compró en París cuando era joven, y se lo regaló a su hijo hace años.
Guantes de cuero
Cada vez que viaja a un destino donde hay frío, los lleva. También fue un obsequio de su padre. “Él es mi ‘pata’; almorzamos un par de veces a la semana; nuestra relación es bien horizontal”, explica el arquitecto.
Raqueta de tenis
Practica este deporte cuatro veces a la semana. “Así como soy diseñador, me considero tenista”, explica. Tuvo clases de niño y lo retomó en sus veinte. Desde entonces, no ha parado de jugar. Le encanta, tanto como ver los campeonatos y seguir a los tenistas.
Afinador de guitarra
Lo utiliza a cada rato, sobre todo cuando va a grabar en su estudio. Su relación con la música, a la que define como “el arte que más fácil llega a moverte”, tiene tiempo. Este año está por lanzar su tercer álbum, “El nuevo acosador”.
Maqueta moscovita + lámpara Elipse
La maqueta fue un trabajo universitario que Luis hizo cuando tenía 17 años, en mica. “A la profesora le encantó y dijo: ‘Debería estar iluminada’. Años después, eso inspiró mi primera lámpara, Elipse”.
El arte de su primer álbum
En el 2003, grabó su primer disco, “Maniquíes”. Esta es la impresión del arte del CD, que incluía la portada, las letras y la contraportada, directo desde la imprenta. Todos los ejemplares fueron vendiéndose y regalándose y este el único recuerdo de ese disco, que ya cumple 20 años.
Lámpara Bobina, por Studio Orbeat
La creó en el 2016. Inspirada en su amor por los artefactos y las lámparas antiguas de las minas, esta pieza de acrílico pavonado fue un hito en su trabajo por ser la lámpara que mejor logra invitar al usuario a involucrarse en el diseño, ya que se entrega desarmada.
Engrapadora Victorinox
Se la dio Eduardo Ghezzi, un tío muy querido para su esposa y para él. Es suiza y la utiliza bastante: “Un día fui a su casa, estábamos en su escritorio y me dijo: ‘Llévate lo que quieras’. Siempre la tengo conmigo”.