Estas cuatro mujeres hacen de sus cuentas de Instagram un espacio para hablar de sexo, empoderamiento y libertad. La conversación digital se deshace de tabús para librar una nueva revolución sexual.
Esta es una era de revolución. Revolución ambiental, tecnológica, de género: los derechos humanos se replantean; la diversidad se exige más allá del marketing; el feminismo construye nuevos discursos. Estas luchas sociales se pelean usando el lenguaje de nuestro tiempo: el digital. Ahí se viralizan —lo que no significa que no salgan a las calles—; la discusión se ramifica, y suma likes y comentarios; y aunque no toda opinión suma conocimiento o cordura, la conversación está ahí, abierta, invitando a participar, a interpelar, incluso a escandalizar. El meme al servicio de la reflexión social.
En este clima donde el ciudadano ha encontrado su voz y su potencial de influencer, las cuentas de Instagram llamadas Sex-Positive son un fenómeno mundial en aumento. El concepto compartido es tener una actitud positiva, liberada y franca frente al sexo: el discurso varía y puede orientarse más a la educación sexual, la diversidad de la belleza y del cuerpo, o al feminismo; también son distintos los tonos (intimistas, humorísticos, fácticos) y los formatos (al texto y a la fotografía, se suman la ilustración u otros proyectos artísticos). En un Perú de inclinaciones conservadoras, la discusión se hace necesaria; por eso, conversamos con las principales representantes locales de este fenómeno digital. A continuación, cuatro mujeres hablan sobre sexo. Y mucho más.
En las redes del sexo
Cosita, cuchis, boobies, chichis. Lo que sea, menos llamar las cosas por su nombre. Así nos han educado. Cuatro chicas peruanas se ríen: no odian la jerga, pero sí el tabú. Son dueñas de una esencia que las incita a romper los arquetipos de una sociedad decimonónica en la que la sexualidad, la sensualidad y el erotismo se esconden bajo llave para mantener viva la culpa y la vergüenza. Raquel Rottmann, sicóloga, bióloga y fundadora de la cuenta Corazón con leche; Isadora Lange, comunicadora y creadora de La mujer al borde; Pamela Castañeda, diseñadora, coach sexual y conocida en Instagram como La tigre; y Macarena Puelles, fotógrafa que expone su trabajo en la cuenta Babyespia, dicen las cosas como son.
Cada una tiene un estilo con el que se acercan, a través de Instagram, a una generación ansiosa por información rápida y liberadora. Raquel se enfoca en la educación sexual, mientras que Pamela —si bien escribe sobre el mismo tema— se orienta más al placer. La mujer al borde, por su parte, sarcasmo, y motiva a sus seguidoras a no juzgarse y a quererse como son. Macarena, por su parte, comparte a través de sus fotografías una mirada (que es una postura) frente al cuerpo desnudo femenino; una mirada íntima —entre romántica y carnal— que es contestataria por su intención de no camuflar ni vestir conceptos de belleza ni sensualidad. De nuevo: las cosas como son.
GALLERY]e5be50fc-4655-4b7d-bee3-8fb9be63358d[/GALLERY] Ilustración @fucciBabyespia debe de ser la cuenta número 13 que abre Macarena. Instagram le cerró las anteriores 'por contener imágenes explícitas' y supuestamente ofensivas:
labios, senos, espaldas, piel, miradas, roces, mujeres. 'Es jodido', dice. Constantemente pierde contactos, seguidores y referencias. Ya ni puede definir la razón por la que la siguen censurando. ¿Cuán difícil puede ser contemplar el cuerpo humano?
Pero lo es. Cuando estaba en cuarto de media mientras que sus amigos salían, descubrían las fiestas o pensaban en la universidad, ella asistía a un taller de dibujo de desnudos. 'Llevaba mis bocetos a las horas de tutoría del colegio para que la gente me diga lo que pensaba', cuenta riéndose. 'Casi todos me decían que estaba loca. Hasta mi mamá, al principio, se resistió frente a la idea de que estudie Fotografía, y mucho más a que fotografíe a mujeres sin ropa'. Hoy Macarena, además de colaborar en distintas publicaciones y alimentar sus proyectos personales, organiza exitosos talleres de desnudo fotográfico que tienen lista de espera tanto para los alumnos como para las modelos.
Con todo el contenido de violencia y sexualidad que abunda en las redes, parece absurdo censurar una ilustración del cuerpo femenino, referencias a la menstruación, o la foto de una mujer dando de lactar. Pero sucede. 'A mí también me pasó que Instagram borró una de mis publicaciones', cuenta por su parte Raquel; 'Pero yo misma he tenido que eliminar un par de mensajes privados que contenían fotos de genitales', agrega. Es algo a lo que estas instagrammers se exponen:b'Nunca falta quien te escribe con morbo, preguntando si te gusta hacerlo de una u otra manera', confirma Pamela. Para ellas, ese tipo de mensajes solo evidencian lo normalizada que está la pornografía, pero no la sexualidad. Eso las motiva a seguir.
Cosa seria
Hay más razones por las que continúan posteando. La educación sexual previene embarazos precoces, enfermedades, maltratos y abusos (basta recordar que, según ciertas encuestas, Lima es la quinta ciudad más peligrosa para las mujeres). Además, la sexualidad empodera. Y una mujer empoderada es capaz de decir que no, de disfrutar de su propio placer y de dejar atrás inseguridades.
Ale prefiere ser conocida como Isadora Lange, un alter ego que creó a partir de dos artistas que admira (la bailarina Isadora Duncan y la actriz Jessica Lange); así firma La mujer al borde y todos los proyectos relacionados con este tema. Lo hace para cuidar un poco su privacidad. Aunque realmente su apellido es lo único que no comparte con sus seguidores, ellos le corresponden con su confianza: 'Es imposible calcular cuántas veces a la semana me piden consejos sobre amores y desamores', explica. Algo que tener estas cuentas les ha demostrado es que la gente está ávida por consejos y por contar sus propias experiencias.
[Raquel medita un momento: 'Creo que la pregunta que más me hacen es si algo es ‘normal’'. A Pamela le han llegado consultas tan trascendentes como si deberían o no tomar la píldora del día siguiente después de un encuentro sexual; Macarena recibe mensajes muy agradecidos por parte de chicas que retrató, pues perdieron el miedo en la sesión y nunca se habían sentido tan bien en su propia piel. Cosa que hasta ahora la sorprende.
'Por eso cuido mucho lo que posteo y lo que digo', confiesa La mujer al borde. 'Inevitablemente es toda una responsabilidad'. Las otras chicas piensan igual. Instagram tiene de todo: desde trivialidades hasta información valiosa. Y frente a la falta de centros educativos que aborden la sexualidad como se debe, es esta red social la fuente del conocimiento que todos tenemos a la mano. Lo que publican toca fibra, remueve y repercute.
'Es increíble que mujeres con más de 30 años no sepan dónde está su clítoris o qué es la vulva', exclama Pamela. Más del 80 % de sus seguidoras son mujeres; quizá porque se identifican con ellas, o quizá porque ya es momento de que las mujeres lean sobre lo que antes no se veía bien comentar, muchas veces ni en privado. Sin embargo, muchas mujeres les confiesan que las leen, pero que no las siguen por pura vergüenza de que otros lo sepan. 'Eso me parece alucinante, pero hasta cierto punto lo entiendo', continúa Pamela. 'Es cultural. Nos han sumergido en la culpa y la vergüenza. A casi todos nos han criado para no hablar del tema jamás'.
Rebeldes con causa
Pamela es la segunda de tres hermanas e hija de un militar que nunca le supo hablar sobre sexo. Sin embargo, desde muy chica la sexualidad era una curiosidad constante y sus amigas del colegio ya le consultaban lo que sabía sobre el tema, pese a que ella ni siquiera había tenido relaciones.
@corazónconleche ha hecho casi 40.000 seguidores en menos de un año; su autora, Raquel Rottmann, presenta su primer libro –editado por Planeta– en febrero del 2020. // Saco de FALABELLA / Aretes de ISADORARaquel y Ale, en cambio, crecieron dentro de una familia más liberal. La primera vivió con sus creativos y bohemios padres en París y en Miami, y no recuerda nunca haber tenido problemas para ser sincera con ellos: podía preguntarles lo que quería y por eso sus amigas del colegio le hacían consultas a ella. La segunda nació en un matriarcado, donde luchó por tener 'una voz más gritona' en comparación con el resto de mujeres del clan —se ríe a carcajadas al contarlo—. Y si bien la mamá de Macarena dudaba mucho en un inicio, ahora tiene colgada en la sala de su casa una foto que su hija tomó, 'y en la que salen un par de tetas', sonríe Macarena.
Sus perfiles de Instagram también son un acto de rebeldía dentro de una plataforma ligada al egocentrismo y a la inmediatez, en la que han encontrado una suerte de espacio educativo pese a que ellas también disfrutan exponiéndose de una u otra manera. La movida es más grande e incluye a personajes como Giulia Cunningham, sexóloga peruana que actualmente radica en Madrid, y que está detrás de la cuenta @dear_sex; Daniela Meneses, de la cuenta @lamalasangre, que comparte información desde un punto de vista feminista; la iniciativa de arte erótico @por.nosotras.project de la ilustradora Larissa Merzthal; o @rominacastrosexologia, que acaba de presentar un libro. Y es que el fenómeno no se queda en lo virtual. Quizá Corazón con leche (casi 40.000 seguidores hechos en menos de un año) sea una de las cuentas más visibles. Raquel ha organizado sus propios talleres (algunos en compañía de otros coaches) y dará el siguiente paso cuando presente su propio libro, en febrero del próximo año, editado por Planeta. Es un big deal. Le ha dado forma con paciencia y la emoción que siente por el proyecto es evidente, aunque confiesa que será mucho más emocionante si descubre que sus lectoras leen su libro al aire libre, sin miedo y sin culpa.