Como artista, aprovecha cada disciplina que toca para alimentar su producción. Como modelo, usa el tiempo frente a la cámara para pensar en luces, ángulos e ideas de performances. Nuria Zapata es una mente creativa en continua exploración.
Por estos días, el taller de Nuria Zapata parece más el de una diseñadora de modas que el de una artista plástica. Ha empezado una nueva serie de cuadros hechos enteramente con tul y otros con telas bordadas, y los retazos pueblan su taller, así como su mente. Está obsesionada con el tul, con su transparencia y sus veladuras, con los 'matices hermosos' que se encuentran al superponer las telas. Está en pleno proceso de descubrimiento. A la vez, trabaja en un nuevo libro-objeto producido en Ciudad de México y publicado por Juan Malasuerte Editores. Por si eso fuera poco, está por empezar un proyecto musical: un EP que espera ver la luz a fines de junio.
Nuria también modela y ha protagonizado más de un lookbook o campaña. 'Pero antes de ser modelo, soy artista', asegura, algo que le interesó desde muy niña. El modelaje, en cambio, lo encontró más tarde, 'y aunque me divierte mucho, lo tomo como algo pasajero', dice. Pero, en realidad, hay más relación entre ambas actividades, ya que su experiencia frente a fotógrafos y cámaras le sirve para idear performances. 'Y actuar, que también me encanta, me sirve para cantar. Y cantar, para escribir', explica ella, en un largo etcétera que es su interés creativo.