Once Upon a Time in Hollywood se estrenó en el Festival de Cine de Cannes y fue muy bien recibida por los asistentes, ansiosos ante la última entrega del siempre polémico Quentin Tarantino y por la reunión de dos estrellas como Brad Pitt y Leonardo DiCaprio.
La relación entre Quentin Tarantino y el Festival de Cannes empezó en 1992, con el estreno de Reservoir Dogs. El realizador estadounidense anunciaba, con su primer largo, lo que terminaría siendo una celebradísima carrera y una posterior consagración como cineasta de culto de un par de generaciones. En 1994 consiguió su primera y única Palma de Oro en el festival de cine más prestigioso del mundo con Pulp Fiction, considerada por la mayoría de críticos su obra maestra.
Ha llovido —y mucho— desde 1994, y aunque la evolución de Tarantino en sus siguientes seis películas no se ha detenido, igualar la calidad de sus dos primeros filmes parece casi utópico. El estreno de Once Upon a Time in Hollywood el mes pasado en Cannes generó más expectativa de lo normal. Al fin y al cabo, se trataba de una cinta dirigida por uno de los directores más queridos del mundo, y protagonizada por Leonardo DiCaprio y Brad Pitt, ilustres miembros de la nobleza de Hollywood.
Y es justamente la industria de cine más grande del mundo la principal homenajeada por Tarantino en esta película. Según el propio DiCaprio, la cinta es 'una carta de amor de Quentin hacia la industria del cine con la que creció, sobre todo hacia esa gente que quedó un poco en los márgenes, pero hizo aportes valiosos'.
El filme transcurre en el Hollywood de 1969 y narra la historia de Rick Dalton (Leonardo DiCaprio), un actor de TV, y Cliff Booth (Brad Pitt), su doble de riesgo. Dalton es vecino de Roman Polanski y su esposa Sharon Tate (Margot Robbie), una de las víctimas de Charles Manson.
La decadencia del viejo Hollywood
Si bien los crímenes de Charles Manson y los misterios de la secta que lideraba son temas importantes en la película, no son el eje central. Este, más bien, tiene que ver con las dificultades que enfrentaron actores y cineastas en la época para adaptarse —o, más bien, para mantener sus cómodas posiciones— al nuevo Hollywood.
En ese sentido, Tarantino explora mucho más la decadencia de la vieja industria y de sus representantes —Dalton recibe la propuesta de su manager, Marvin Schwarzs (Al Pacino), de grabar un western en Italia, con lo que asume que ya ha tocado fondo— que la psicología de Manson.
¿Cuál es entonces el papel que juegan los asesinatos de Manson en la cinta? Según Tarantino —y es algo que ha repetido unas cuantas veces Brad Pitt—, los crímenes marcaron algo así como un antes y un después en la historia de los Estados Unidos: se trató del fin de la era del amor libre, el momento en el que toda una generación perdió su inocencia. Y con esa generación iría también desvaneciéndose el viejo Hollywood.
Según los críticos, las actuaciones son lo más destacado de la película. En particular, las de DiCaprio y Pitt, una dupla que, como no podía ser de otra manera, generó una brutal expectativa. 'Es difícil no recordar la energía que tenía la mejor pareja anterior en una película de Tarantino, John Travolta y Samuel L. Jackson en Pulp Fiction', ha señalado Time Out sobre las actuaciones de Pitt y DiCaprio.
La química entre ambos es notoria, una explosión de elegancia y talento, dos actores que se saben reyes de la industria. 'Trabajamos muy fácilmente', señaló Pitt. 'También ha sido muy divertido, nos hemos reído mucho. Espero que podamos hacerlo de nuevo'. Nosotros también.
Leone, Tarantino y los westerns
Para quien sigue a Tarantino desde sus inicios no es ninguna sorpresa que rinda homenaje —en el título de esta cinta y, según los críticos, en varias escenas tambié — a Sergio Leone, a quien considera el mejor director de cine de Italia. Leone (Once Upon a Time in America, Once Upon a Time in the West y The Good the Bad and the Ugly, entre otras cintas), es una de las principales fuentes de inspiración de Quentin, quien ya ha explorado el mundo del spaghetti western con sus películas Django Unchained y The Hateful Eight.
De hecho, hace poco Tarantino publicó un ensayo sobre el cine de Leone, de cuya cinta Once Upon a Time in the West escribió lo siguiente: 'Era casi como una escuela de cine en una película. Realmente ilustró cómo hacer un impacto como cineasta, cómo dar una firma a tu trabajo. Me encontré completamente fascinado, pensando: ‘Así es como lo haces…’. Terminó creando una estética en mi mente. Fue la película que me hizo querer convertirme en cineasta y también la que me enseñó cómo es que un director hace lo que hace'.
Opiniones encontradas
Once Upon a Time in Hollywood ha sido muy bien recibida por unos y no tanto por otros. El crítico de cine de El País de España, Carlos Boyero, señala que se trata de una cinta que termina siendo 'un cansino modelo del quiero y no puedo, un híbrido en el que no me engancha ni el argumento ni los personajes, ni lo que hacen ni lo que dicen'. Por su lado, John Bleasdale, de CineVue, sostiene que es una película 'valiente y brutal'; mientras que Fionnuala Halligan, de Screen International, señala que 'lejos de todos los toques tarantinianos de acción, humor, violencia y referencias cinematográficas, hay una maestría real en juego'.
Lo cierto es que, como todas las películas de Tarantino —y ya van nueve— Once Upon a Time in Hollywood merece ser vista en gran medida por el talento del director, aunque también por la calidad del reparto.
Mientras los créditos descendían lentamente por la pantalla oscura, tras el estreno de la película en Cannes, los asistentes que sí pudieron entrar en el Teatro Lumière —muchos otros que habían viajado especialmente para la ocasión se quedaron fuera con entradas en mano— estuvieron seis minutos parados aplaudiendo al realizador y a sus protagonistas. Cannes es exigente, y parece que el reencuentro de Tarantino con su viejo amor, 27 años después de su primera vez, ha sido exitoso.
