La diseñadora elige la estación más caliente, escoge colores desafiantes, elige cargar siempre un cuarzo para asegurarse buenas energías; pero su elección más importante es cuidar al planeta, y la suya es una de las marcas más comprometidas.
Easy going es solo una primera forma de describirla. Para Mara Hoffman desconectarse de la ciudad y ser una con la playa es esencial. La diversión es compartida en familia. Javier Piñón, su esposo, es un artista del collage de apariencia tan boho como la de ella. Su hijo Joaquín, de 9 años, es un surfista natural que además practica yoga como Mara. Ninguno de los tres se corta el pelo con regularidad. Mara, además, es conocida por su interés en entender las energías y por su particular espiritualidad (todos los empleados de su compañía meditan junto con ella, cada día, a las cuatro de la tarde), que conecta mucho con la astrología y con los elementos, sobre todo con el mar.
La diseñadora y el mar
Cuando era niña quería ser bailarina. Luego, se decidió por Biología Marina gracias a su amor por el océano. Finalmente, hacia el final de la secundaria, decidió que lo suyo era crear. Fundó su marca en el 2000, justo después de graduarse de Parsons School of Design en Nueva York. Entre el 2013 y 2014 llegó una ola de críticas positivas, mucho rebote mediático, grandes ventas y alianzas con otras firmas, como J.Crew y Anthropologie. Y luego, en el 2015, con 15 años establecida como un referente del verano, Hoffman decidió hacer un giro completo, de aquellos que pueden destruir un negocio, y que no suelen ser apoyados por los inversionistas. La marca se entregó al cuidado del planeta. 'La gente creyó que estaba loca, que estaba alejándome de todo lo que me podía dar dinero', le contó a Eco Warrior sobre los primeros pasos.
Asegura que llegado el momento de enfrentarse al daño que ocasionaba como parte de una industria que alienta el consumo, se vio en la encrucijada de cambiar sus hábitos o seguir tal como estaba. 'Para mí ese momento fue de cambiar o morir', asegura. Hoy es referente de responsabilidad ambiental y líder de la industria verde de la moda.
Sus ropas de baño son de poliéster y nylon reciclado, que son perfectos para nadar, y utiliza materiales como tencel, lino orgánico y jacquards de algodón orgánico japonés en sus vestidos y caftanes. El cambio fue positivo, y más que afectar sus diseños, creó toda una evolución en la presentación de su marca. El suyo es un idealismo pragmático. Las reglas de la industria ya no tienen que ser obedecidas. Pasó de desfiles dos veces al año, como mandan las Semanas de la Moda, a armar showrooms privados y a proponer un tipo diferente de pasarela.
Punto de luz
Una gran diferencia de su última colección –el resultado de un cambio que ha venido haciendo progresivamente− es que ya no se aferra a la imagen de colores exaltados. Esto no quiere decir que la diseñadora deje sus geniales prints, pero sí está virando hacia una versión más consciente de sí misma. Una más compatible con materiales sustentables, pero también con una convivencia real con la naturaleza.
Sus vestidos de mangas infladas y abuchonadas son el nuevo must de la temporada, además de dar una sensación de absoluta comodidad, física y de conciencia. Tal como en su estilo personal, las nuevas piezas hacen pensar en un relajo estilizado, en llevar el mood de vacaciones sin desentonar en la ciudad.
Como una aries con ascendente en capricornio y luna en leo, Mara Hoffman pone especial atención en que sus decisiones no sean solo primeros pasos, sino experiencias continuas. Aunque dice que intenta no leer nada que la predisponga, su horóscopo es fuente de conocimiento y ayuda en la toma de decisiones emocionales y laborales. Carga consigo (en su bolsillo o sostén) un cuarzo herkimer para limpiar la energía de todo lo electrónico, y un cuarzo transparente para que la mantenga en equilibrio y no la desgaste interactuar con gente todo el día.
Pero antes que en la astrología, incluso, Hoffman cree en el poder del diseño y de la moda. 'No es lo que somos ni lo deberíamos ser porque somos seres profundamente espirituales. La moda no nos define. Solo debe ser divertida y absolutamente disfrutable'. Como el verano mismo.
*Lee la nota completa en la edición de enero de Revista J.