Cada uno de ellos, por separado, es un individuo talentoso que destaca en su rubro; juntos, como pareja, se convierten en una fuerza creadora que da vida a potentes proyectos de arquitectura, diseño, arte y educación.
Mariana Otero y Yerko Zlatar
Ella, diseñadora de interiores; él, diseñador gráfico y artista plástico. La aventura en conjunto se inició en el 2010, en Cusco, poco después de empezada su relación, con la primera tienda que fundaron y dirigieron. El tiempo desde entonces no solo les ha permitido conocerse en profundidad, sino que ha vuelto su relación aún más interesante. 'Siempre tenemos algo de qué conversar, además de metas personales que se convierten muchas veces en metas en común', explica Mariana. Puna Estudio es un paraguas creativo que les permite crear dos colecciones de objetos, mobiliario y textiles por año; también es el nombre de su tienda, que además de vender piezas propias hace una interesante curaduría de otros proyectos de arte y diseño; le permite a Mariana explorar los terrenos del interiorismo, y a Yerko enfocarse en el diseño gráfico y en la dirección de arte. Así, Puna, la tienda y estudio que hoy se ubica en la calle Colina, en Barranco, es la materialización de sus múltiples talentos e intereses, del aprendizaje mutuo y constante que ha tenido como clave la capacidad de ceder, y es también una de las propuestas de diseño más estimulantes de Lima.
Mirella Carbone y Lorna Ortiz Adoum
Acaban de volver a Lima tras una estadía de dos años en Buenos Aires, donde cursaron la Maestría de Teatro y Artes de la Performance en la Universidad Nacional de las Artes (UNA). Pero son 18 años que Mirella y Lorna llevan trabajando juntas, incluso cuando lo hacen por separado. Ambas crean desde lo autorreferencial y siguen un camino parecido para llegar al movimiento final. Por ello, se sienten libres de crear dirigidas cada una por la otra, y quien dirige lo hace con la certeza de entender el otro cuerpo en profundidad. Los grandes temas que empujan su danza son también compartidos: la violencia contra la mujer y las relaciones humanas. Pero el enfoque es distinto: Mirella se enfrenta al sistema y Lorna se sumerge en la psicología; como dos dimensiones de una misma preocupación. Y para las dos, la educación es parte vital de su proyecto profesional y personal.
Mirella ha sido directora de Andanzas y luego coordinadora de la Especialidad de danza de la Facultad de Artes Escénicas de la PUCP, donde hoy es profesora a tiempo completo. Para ella, enseñar es un privilegio. Y para Lorna, la docencia es un espacio de realización, donde es maestra y alumna al mismo tiempo. Como lo han sido ellas en el transcurso de su relación.
Alice Wagner y Jorge Cabieses
Jorge disfruta ver a Alice metida de lleno en su taller. Él, que se considera un artista pragmático, intuitivo y de procesos rápidos, admira la paciencia, constancia y capacidad de contemplación de ella. A Alice le ocurre un fenómeno similar: 'Me gusta la forma como maneja la composición y lo dinámico que es en su creación. A pesar de que hace geometría, no se detiene tanto en lo prolijo del trazo. Como es tan interesante la imagen, el resultado final en su conjunto, esa parte técnica que podría desesperarme, deja de importar'.
Cada uno admira en el otro aquello de lo que carece. Esta actitud sabia y saludable, de amor por las diferencias y respeto por el universo plástico único de cada uno, parece regir su relación. Nunca se han desesperado por crear en conjunto; sin embargo, están a punto de estrenar un nuevo estudio compartido que están, paulatinamente, montando en Barranco. Después de casi 20 años juntos, Alice y Jorge no necesitan firmar una misma pieza para hablar de una creación en conjunto: el trabajo de cada uno está plenamente imbuido de otro, a través de la conversación constante, de la convivencia y del día a día.
Chiara Macchiavello y Horacio Goitre
El arquitecto, uno de los fundadores del estudio Vicca Verde, contactó en el 2011 a la diseñadora de la marca Escudo para encargarle el diseño textil del Auditorio de la Creatividad de Mistura. Desde entonces han desarrollado múltiples proyectos juntos, en su mayoría instalaciones efímeras –para el Museo de Arte Contemporáneo, el Smithsonian Museum de Washington y la feria de arte PARC– en las que combinan diseño estructural y arquitectónico, la especialidad de Horacio, con diseño textil, el fuerte de Chiara. Su centro de operaciones es una tradicional casa barranquina rescatada (Vicca Verde ocupa el primer piso, y Escudo, el segundo), que está situada al lado del edificio en el que viven; ambas son obras del estudio de arquitectura y tienen que ver con su necesidad de impactar positiva y sosteniblemente en el barrio. La marca de Chiara comparte esa preocupación, que se ve reflejada en el lema 'Devoted to design, committed to heritage'. Comparten también el interés por la innovación, y por ello es que la pareja se encuentra involucrada en un reto nuevo, relacionado con la educación: Horacio es el director creativo del IPP, donde Chiara es consultora de una carrera recientemente inaugurada, la de Comunicación y Moda.
