Es el menor de una familia dedicada a la actuación y al arte, y eso, sin duda, facilitó su entrada a la industria. Pero Bill Skarsgård parece decidido a encontrar la fama por razones propias.
De los ocho hermanos Skarsgård, cuatro —Valter, Bill, Gustaf y Alexander (famoso por aparecer en la serie True Blood)— son actores profesionales, inspirados en su padre, Stellan (ganador del Oso de Plata del Festival de Cine de Berlín y protagonista de películas de Lars von Trier hasta Mamma Mia! y The Avengers); los demás hermanos, así como la mayoría de la familia, son músicos, autores o artistas. A nadie sorprende que Bill, de 29 años, haya entrado fácilmente en la industria cinematográfica. Lo que sí levanta cejas son los roles que elige: lo suyo son los papeles inesperados y la certeza de que no necesita apoyarse en el clásico actractivo sueco de los Skarsgård.
Su papel más conocido hasta el momento afeó sus rasgos al punto de convertirlo en una pesadilla: la de Pennywise, el payaso demoníaco de It, en las últimas dos entregas del remake. Desde entonces, ha sido parte de castings diversos como los de Atomic Blonde (con Charlize Theron y James McAvoy), Assassination Nation (con Hari Nef y Suki Waterhouse) y Deadpool (con Ryan Reynolds). En el 2020 lo veremos junto a Christoph Waltz y Lily Collins en el thriller dramático Gilded Rage. Bill ha pasado buena parte de su infancia acompañando a su padre y sus hermanos alrededor del mundo, de film set en film set. Así que sabe en lo que se mete.