Tras haber asistido a los desfiles de las principales firmas de moda en Europa, se conoció que la socialité vietnamita es la primera contagiada de coronavirus en la industria –o, al menos, el primer nombre en hacerse público–.
Luego de asistir a los shows de Gucci en Milán y al de Saint Laurent en París –dos de las pasarelas más concurridos en la temporada de las semanas de la moda– la socialité vietnamita de 27 años Nga Nguyen dio positivo a la prueba de coronavirus. Su hermana, Nguyen Hong Nhung, quien la acompañó en su recorrido por Europa, también fue infectada.
Aunque al momento en que contrajo el virus –entre el 18 y 20 de febrero–, en Europa no se hablaba mucho sobre él, Nga, conocida también por ser hija de un magnate del acero en Vietnam, ha sido criticada por la prensa y a través de las redes sociales por asistir a ambos shows sin tomar precauciones. Incluso medios británicos la han catalogado como una gran fuente de contagio y las redes están llenas de comentarios que no le desean precisamente una pronta recuperación.
“La gente dice que yo sabía que estaba enferma cuando fui a los shows, que porque mostré mi escote en una foto merecía que el virus me atacara, que es tiempo de que la gente codiciosa del mundo de la moda empiece a pensar, etc.”, comentó Nguyen recientemente en una entrevista para el New York Times. Todo ese odio y esa reprimenda virtual la ha llevado a cerrar su cuenta de Instagram; sin embargo, ella ha sabido encarar al mal tiempo.
Una de sus primeras medidas fue internarse en un hospital de Europa para tratar el virus, además de rastrear todos sus movimientos y comunicarse con las personas con las que hubiera podido tener algún contacto, incluyendo a sus amigos, su familia, su maquilladora y su fotógrafo, para contarles la situación.
Pero más allá del virus, hay algo que rescatar de Nga, y es que para nada es una “cabeza hueca”, como la han llamado en estos días. No solo tiene un grado en Ciencia Política del King’s College Londondemás, sino que ha trabajado durante un buen tiempo en la división de cosméticos y perfumes de París de LVMH antes de unirse al negocio familiar. En los últimos años, su vida se ha dividido entre Londres, Alemania y Hanoi. Y, aunque es asidua a eventos de moda y caridad, y es catalogada como influencer, ella se rehúsa a definirse bajo esa etiqueta.
Por estos días, planea seguir en reposo y confinamiento. Toda esta experiencia la ha llevado a tomar conciencia de que su estatus le permite sobrellevar los requerimientos de la cuarentena perfectamente y que este virus puede afectar –por supuesto– en mayor medida a personas menos privilegiadas. Sabe que es tremendamente afortunada. Sobre sus redes sociales, dice que planea tomarse las cosas con calma. “Una vez que regrese a la vida normal luego de la recuperación, estaré de vuelta”, asegura.