La obra y figura de Reynaldo Luza −el prolífico y más internacional artista peruano de la primera mitad del siglo XX−ha experimentado una suerte de redescubrimiento en los últimos años. En el caso de la nueva colección de Vagrant, su diseñador Giancarlo Vasallo, pensaba específicamente en la fotografía de Luza: en su interés por la arquitectura y en su juego de luces y sombras. Vasallo se vio atraído por este personaje, al punto de reunirse con Carlos García Montero Protzel, gestor cultural y curador que es sobrino nieto de Luza, para conocer más sobre su vida y revisar sus archivos.
Esa es una de las inspiraciones que acompañaron, por dentro, el proceso de diseño. Más evidente resulta la presencia del paisaje de la sierra peruana, que se traduce en la paleta de colores de la colección: tonos de beige y gris que imitan el ichu seco, marrones, y acentos de color en celeste que recuerdan el cielo andino. Sobre los materiales, se ha usado algodón pima, tela de camisa (que al diseñador le encanta porque le permite manipularla y generar formas), drill, lino, paño y una especie de tafetán con un ligero brillo que no le impide ser usado de día.
Lo que más resalta en esta colección es el cambio en la silueta. Si Vagrant se ha caracterizado siempre por su cuerpo suelto, esta vez Vasallo ha trabajado volúmenes que se ciñen en la cintura y mangas, y que se abren, con elásticos internos, fajines y tiritas que permiten elegir la medida del ajuste. En general, ha trabajado líneas más curvas con pantalones que no acaban rectos, sino que suben a los costados, muchos pliegues y volumen en los hombros. Son decisiones que revelan que el diseñador se siente más cómodo trabajando alrededor de distintas formas femeninas, y que hay una evolución en su propuesta de menswear para mujeres.