El 2024 fue el año de Sabrina Carpenter. Actuaciones en Coachella
y en programas como Saturday Night Live y The Tonight Show Starring Jimmy Fallon;
un especial de Netflix, seis nominaciones a los Grammy y una portada
en la revista Time son solo síntomas de su reciente relevancia mundial
en la cultura pop contemporánea.
Imposible tener redes sociales y no haber escuchado a Sabrina Carpenter. Con un charm muy a lo Marilyn Monroe y Dolly Parton, la exchica Disney se coló en los oídos y los algoritmos de millones con 'Please Please Please' y 'Espresso', dos cortes de su sexto álbum, Short n' Sweet, que fueron el fondo musical elegido de cuanto reel y TikTok fuera creado en el 2024.
Si bien la escalada a magnitudes globales de su fama ha sido repentina, la artista viene cocinando su éxito a fuego lento desde niña. Con solo 12 años, tuvo su primer rol de reparto en la mítica Law and Order: SVU; desde entonces, no ha parado de actuar y cantar. A los 15, logró su primer protagónico en la serie de Disney 'Girl Meets World'. Por esa misma época, firmó un acuerdo de cinco álbumes con el sello discográfico de Disney, Hollywood Records.
En el 2020, Forbes ya la había considerado dentro de su lista 30 menores de 30, pero no fue hasta 'Emails I Can't Send', su LP del 2022, que sus años de constancia empezaron a consolidarse. Después del impulso que representó abrir el Eras Tour de Taylor Swift, Sabrina lanzó 'Short n' Sweet', un disco con el que rompió todo tipo de récords Billboard.
'Este año pude hacer tantas cosas con las que soñé cuando era niña que se sintieron como pequeños y dulces momentos
de lista de deseos cumplidos para mi yo más jóven', contó la cantante de 25 años.
Sabrina Carpenter ha demostrado que la fórmula que le funciona pasa por abrazar su identidad de bomba sexy con personalidad cándida: el cliché de su pelo rubio plata, su femineidad curvilínea. Un acertado rebranding. 'Si quieres llamarme Polly Pocket, muñeca Bratz, no me importa', ha comentado.
Con frases como “Don’t bring me to tears when I just did my makeup so nice” y letras cargadas de referencias sexuales —aunque envueltas en una estética dulce inspirada en los años cincuenta—, Sabrina Carpenter ha logrado encapsular las preocupaciones y experiencias de una generación que vive a través de la pantalla del celular, y consolidarse, en pocos meses, como un ícono Gen Z.