La estética ha dado un giro hacia lo natural y lo clean: son las plantas, las hierbas y los aceites naturales los que nos dan confianza. A puertas del Año Nuevo, la mejor época para botar malas vibras, limpiar el cuerpo y renovar el espíritu, ¿qué rituales deberíamos aplicar en nuestro día a día?
Tradiciones y supersticiones hay de sobra. Terminar el año tiene que ver con cambios y con remover todo eso que ya no se necesita: ropa, zapatos, papeles, penas, malos recuerdos. Y para hacerlo se toman varios caminos: se barre, se baila o se prenden velas aromáticas para acompañar un baño tan largo como relajante. Y para olvidar cargas, por supuesto, también existen los faciales, masajes y tratamientos de belleza que eliminan toxinas que simulaban ser invisibles.
Pero ¿no sería mejor reconocer cuáles son los que de verdad tienen un impacto positivo en lo físico y mental? Y mejor aún, ¿cuáles son los que nos pueden acompañar todo el año? Tiene sentido, más que nada ahora que la salud está ligada a la belleza. O viceversa. Verse joven, fresca, pero al natural, nunca ha estado tan de moda. De hecho, según un reporte del portal Glossy, para el 2021 y solo en Estados Unidos la industria dedicada a la estética natural u orgánica superará los 21 mil millones de dólares.
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Clean Beauty
Aunque no hay una definición única para el concepto de 'belleza limpia' o clean beauty, este movimiento prefiere ingredientes naturales o hechos a mano, pero se diferencia de la tendencia natural en que prioriza la seguridad antes que la fuente. Es decir, es consciente de que no todos los ingredientes naturales son seguros y que no todos los sintéticos son, por el contrario, dañinos. La mayoría de los productos 'limpios' evitan el uso de parebenos, sulfatos y siliconas, por nombrar algunos ingredientes que son un no-no, y aún así pueden dar buenos resultados en términos de belleza y cuidado estético.
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Una marca tan grande como Sephora, por ejemplo, cuenta con productos que en sus etiquetas describen los ingredientes tóxicos que han dejado de utilizar; otra gigante, CVS, ha anunciado que durante los próximos años eliminará todos los componentes que consideren dañinos para la salud; mientras que otras marcas, como Follain o Credo Beauty se van posicionando lentamente como referentes de productos de belleza creados sin químicos.
Este interés colectivo por los productos naturales de belleza era de esperarse, pues es una extensión de la demanda por comer saludable. De la comida, a la estética. Más o menos así.
MARCAS COMO PETER THOMAS ROTH APUESTAN POR LOS BENEFICIOS DE SUSTANCIAS COMO LA VITAMINA C, MIENTRAS QUE LA TENDENCIA NATURAL IMPULSA EL MERCADO ARTESANAL
Cuidados milenarios
Más allá de las tendencias, la relación entre cosmética y productos o rituales naturales tiene todos los años del mundo (casi sin exagerar). Según Marjorie Garcés, especialista ayurvédica y directora de Medicina del Sol, el ser humano ha tenido a su disposición de todo para eliminar toxinas empezando por su propio cuerpo, diseñado para limpiarse solo. El tema está en que la mayoría de veces se llena demasiado de químicos y la carga de trabajo es demasiada.
EL MERCADO LOCAL CUENTA CON MARCAS DE ACEITES E INGREDIENTES NATURALES, COMO HERBARIO, JAGÚEY Y SILVESTRA.
Ella explica que hay varias formas de limpiar y para empezar hay que ser conscientes de la alimentación, más que nada de los detalles más simples. Muchas veces cometemos errores inocentes justamente buscando ser saludables. 'Mucha gente no lo sabe, pero mezclar la fruta con yogurt o leche no es nada recomendable', explica, a manera de ejemplo. 'Cuando hacemos ese tipo de combinaciones, la fruta tiene que esperar que el otro alimento digiera primero y ahí corremos el riesgo de que la fruta se fermente. Eso produce muchas toxinas'. Además, cuenta que los planes clásicos de solo tomar extractos de vegetales como parte de una dieta detox no son recomendables según ayurveda, medicina milenaria de la India. 'Con esas dietas uno se siente bien unos días, pero luego llegan las ansias y el mal humor'. Recomienda, en cambio, una monodieta que se basa en comer frijol mundo (o chino) durante unas semanas. Por supuesto, ningún cambio radical en la rutina alimenticia debe hacerse sin consultar con un médico de confianza.
Garcés también puede recomendar uno de los tratamientos de limpieza por exigencia: el pancha karma. Esto significa 'cinco acciones' en marathi (una de las lenguas más habladas de la India) y es un tratamiento que, tradicionalmente, dura 21 días. Se basa en masajes con aceites, hierbas y plantas especiales para drenar el sistema linfático, mejorar la circulación y calmar el sistema nervioso. 'Hay que tener en cuenta que no se trata solo de limpiar el cuerpo, sino también de relajarlo. Va de la mano', explica. Y estas especias, claro está, se pueden transformar en aceites para la piel: nuez moscada, ajonjolí y cúrcuma son las mejores.
Inside out
Y, ¿dónde queda la renovación más profunda? En yoga existe un concepto: saucha. Este se refiere a la limpieza tanto física como de mente y espíritu. Fiorella Fuentes, directora y fundadora de Beyond the Time Yoga Retreat, considera que es un concepto básico. Por eso, en sus retiros de yoga (el próximo es por Año Nuevo en Tarapoto) no solo se dedica a enseñar posturas y meditación, sino que también incluye musicoterapia y rituales de fuego para limpiar el alma. 'El fuego tiene el poder de quemar todo eso que tenemos que aprender a dejar ir', dice. Y si una fogata no es el plan, pues siempre hay opciones más sencillas. 'Un ritual de todos los años es sacar de casa todo lo que no he usado en los últimos seis meses. Si no lo utilizaste en medio año, no lo usarás más. Es muy liberador'.
Y eso es. La limpieza libera. Nos saca de encima cargas que sorprenden y duelen por su peso. Y no hay nada como la frescura de sentir una piel que respira; es uno de los mejores regalos. Y saber que el cuerpo está como flotando, liviano de verdad es invaluable. Es regresar a las raíces. Sentirse bien es una experiencia que habría que procurar durante todo el año.
FOTO: JARED RICE
*Lee la nota completa en la edición de diciembre de Revista J.
