“Andamos tan distraídos y atrapados por los algoritmos que cada vez se nos hace más difícil estar ‘presentes’ y desconectados”.
Las tasas de ansiedad y depresión en los jóvenes ha aumentado un 70% en el último tiempo. Los estudios demuestran que cuatro de cada cinco jóvenes afirman que las redes sociales provocan que sus trastornos de ansiedad empeoren, pues pueden promover la comparación, el síndrome FOMO o miedo a perderse de algo, y el deseo casi enfermizo por cambiar la apariencia.
Como adultos, las redes sociales pueden tener un impacto positivo o negativo en nuestras vidas dependiendo de qué tan inteligentes seamos al utilizarlas. El problema no está en ellas como tal, sino en cómo nos mostramos, para qué las utilizamos y qué queremos consumir.
No exagero al decir que semanalmente dos de cin- co pacientes las mencionan como una influencia negativa, y estoy de acuerdo. Cada red social tiene unpropósito, pero puede tergiversarse. Por ejem- plo: Instagram te muestra la vida de tus amigos, conocidos y famosos, pero ¿cuál es la parte oscura de esta red? Te muestra vidas perfectas. ¿Cómo influye esto en las personas? Genera frustración y sensación de carencia: “¿cómo es que a ellos les va tan bien y amí no? ¿Cómo lograron puestos tan altos en tan poco tiempo? ¿Cómo alcanzaron la libertad financiera y yo aún no he podido?”.
Sin embargo, es responsabilidad de nosotros como usuarios estar un paso adelante. Elegir por quién nos dejamos influenciar y por quién no. Elegir qué consumimos y qué no. Tal vez pueda ser difícil, pero debemos formar nuestra capacidad para discernir entre lo que es conveniente o no para nosotros. A continuación, te propongo una lista de acciones para mejorar tu relación con las redes sociales:
1. Reconoce que eres la única persona responsa- ble sobre tu propia vida.
2. Reconoce que para hacer cambios en tu vida primero debes querer hacerlos.
3. Toma las riendas de tu vida y pregúntate: ¿esta cuenta, esta información, esta tendencia, esta moda está ayudándome a ser mi mejor ver- sión? ¿Está contribuyendo positivamente a aprender, crear y mejorar algún aspecto de mi vida? O, por el contrario, ¿me hace sentir incómodo, ansioso y triste por ser quien soy o por el lugar en el que estoy en este momento de mi vida?
4. Reconoce que siempre que quieras puedes cambiar las situaciones de tu vida. Siempre que TÚ quieras, no que los demás te lo im- pongan.
5. Deja de esperar que alguien allá afuera so- lucione tus problemas. El único que puede hacerlo eres tú y, si lo crees conveniente, con ayuda de un profesional de la psicología.
6. Ponte límites. Las redes sociales NO son la realidad. Andamos tan distraídos y atrapados por los algoritmos que cada vez se nos hace más difícil estar “presentes” y desconectados. ¡Despierta!